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Fundación Heritage

Escogiendo al adversario adecuado

Aunque los americanos son generalmente impacientes cuando de guerras se trata, celebremos nuestros logros recientes y demos a nuestros hombres y mujeres de uniforme lo que desean: la oportunidad de acabar el trabajo en Irak y volver a casa como vencedores

Edwin J. Feulner

Parafraseando al gran periodista Paul Harvey, generalmente creemos saber cuál es la noticia, pero a menudo es difícil enterarse "del resto de la historia". Esto es especialmente cierto cuando se trata de conseguir información fidedigna sobre Irak. Pese a ello, algunas noticias van saliendo. Y muchas de ellas son buenas.

El congresista Steve King regresó recientemente de su quinto viaje a Irak. El republicano de Iowa me habló de una enorme mejora en la moral de las tropas desde que el aumento de tropas comenzó algunos meses atrás. Afirma que nuestras fuerzas están logrando ganar terreno, pacificar ciudades e impresionar a los iraquíes de muchas maneras. Uno de nuestros soldados le contó a King que los iraquíes hasta sospechaban que nuestros soldados usaban uniformes con aire acondicionado. ¿Cómo podían trabajar tan bien bajo el sofocante calor si no?

Algunos demócratas también están impresionados. Los senadores Richard Durbin, Jack Reed y Bob Casey –todos ellos críticos habituales de la Administración Bush– han comentado recientemente que Estados Unidos está consiguiendo avanzar militarmente en Irak.

Los legisladores no son los únicos en darse cuenta de los progresos. El 30 de julio, el New York Times publicó una columna que calificaba Irak Una guerra que sí podríamos ganar, escrita por los expertos Michael O'Hanlon y Kenneth Pollack de la izquierdista Brookings Institution. Ambos han criticado con frecuencia el modus operandi de la Administración de Bush en la guerra de Irak. Pero ahora están impresionados con nuestro progreso militar.

Prosiguiendo con su análisis, escriben que además estamos dirigiendo nuestros ataques contra nuestro enemigo internacional más peligroso: los extremistas islámicos. "En la guerra, a veces es importante escoger al adversario adecuado y en Irak parece que hemos hecho justamente eso. Un factor importante en el repentino cambio de la suerte norteamericana ha sido el desbordamiento del ánimo popular contra al Qaeda y otros grupos salafistas, así como (en menor grado) contra el Ejército Mahdi de Moqtada al-Sadr".

Es un punto crítico porque Irak es un frente importantísimo en el contexto general de la guerra contra el terrorismo. Como el general David Petraeus explicaba hace poco, al Qaeda en Irak es en gran medida una parte de la organización terrorista de Osama bin Laden.

"Está claramente ligada a la llamada alta cúpula de al Qaeda, situada en las áreas tribales fronterizas de Pakistán y Afganistán, sin ninguna duda", declaró Petraeus al comentarista radiofónico Alan Colmes. Por tanto, la guerra en Irak ha permitido que nuestros militares debiliten a al Qaeda.

"Hemos logrado dañar muy seriamente las operaciones de al Qaeda en Irak así como su capacidad de comunicación. De hecho, hasta hemos eliminado a los 3 hermanos al Turki, que estaban anteriormente en la zona de Afganistán y que después fueron enviados a ayudar a al Qaeda en Irak para reforzar la situación en el norte del país, que ha estado sometida a una gran presión durante los últimos meses" dijo Petraeus.

Nuestros enemigos saben lo que se juegan y su objetivo es la victoria; no se conformarán con otra cosa. Por ejemplo, hace apenas unos meses, Adam Gadhan, el portavoz norteamericano de al Qaeda conocido como "Azzam el americano", anunció que "una simple retirada de Irak, sin cumplir el resto de nuestras legítimas exigencias, no os servirá de nada ni os salvará de nuestros ataques. Por tanto, dejaros de perder el tiempo y de tratar de salvar las apariencias con esas vanas maniobras ridículas en el Capitolio y empezad a actuar en serio."

Parece que se refería a los debates del Congreso sobre si se debe fijar un calendario para la retirada de Irak. Pero, lo sepa o no, Azzam está haciendo hincapié en un punto más importante. Podemos elegir irnos de Irak en cualquier momento, pero a menos que hayamos derrotado a nuestros enemigos allí (y a otros extremistas islámicos alrededor del mundo), éstos celebrarán nuestra retirada como una gran victoria y aumentarán sus iniciativas para atacar americanos en Estados Unidos y en el extranjero.

Su cómplice, Abu Hamza al-Muhajir, líder de al Qaeda en Irak, expresó esa misma idea el pasado mes de octubre: "Nuestra yihad no cesará hasta que estemos bajo los olivos de Rumieh* y hayamos volado la casa más asquerosa, la llamada Casa Blanca". Estados Unidos no puede darse el lujo de relajarse hasta que haya derrotado a los hombres con esa actitud.

Por fin estamos progresando en Irak y en el contexto general de la guerra contra los extremistas islámicos. Así pues, aunque los americanos son generalmente impacientes cuando de guerras se trata, celebremos nuestros logros recientes y demos a nuestros hombres y mujeres de uniforme lo que desean: la oportunidad de acabar el trabajo en Irak y volver a casa como vencedores.

Nota de traducción: Rumieh en árabe se refiere al Imperio Romano. En este caso, parece ser una referencia al Monte de los Olivos en Jerusalén o al cristianismo en general como la prolongación del Imperio Romano.

©2007 The Heritage Foundation
* Traducido por Miryam Lindberg

Edwin J. Feulner es el presidente de la Fundación Heritage.

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