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Walter Williams

Hillary Clinton insulta a los negros

Me pregunto si Clinton intentaría ganarse a su audiencia al visitar una reserva india diciendo: "¡Jau! Mi no cansada. Mi haber recorrido largo camino. Camino muy difícil. Espíritu del Cielo traerme tan lejos".

"No estoy cansá, cómo viá estal-lo. Vengo desde mu lejos. Nadie me dijo que el camino sería sensillo. Creo que el Señó me trajo pacá", dijo con acento del sur la candidata a la nominación presidencial Hillary Clinton, simulando la forma de hablar de los negros ante una audiencia negra en la Primera Iglesia Baptista de Selma, Alabama. Me pregunto si Clinton intentaría ganarse a su audiencia al visitar una reserva india diciendo: "¡Jau! Mi no cansada. Mi haber recorrido largo camino. Camino muy difícil. Espíritu del Cielo traerme tan lejos". O, para hacerse con el voto asiático, podría decir: "Mi no cansala. Mi habel venido de muy lejos. Caletela muy complicala. Ley Dlagón llevalme lejos".

El motivo del discurso de Clinton era el 42 aniversario del Bloody Sunday, el 7 de marzo de 1965, en el que 600 manifestantes a favor de los derechos civiles fueron atacados por la policía con porras, fustas de ganado y gas lacrimógeno. Fue uno de los puntos álgidos de la lucha por los derechos civiles. Conmemorar un momento clave de la historia norteamericana es una cosa, pero que una persona blanca simule el dialecto negro es degradante e insultante. Y si eso le granjeó votos entre los presentes, no puedo decir nada bueno sobre ellos.

Clinton explicó más tarde su simulado acento del sur, entre audiencias negras, ante una reunión de la Asociación Nacional de Periodistas Negros, de esta manera: "Yo viví todos aquellos años en Arkansas y, como sabréis, estoy metida en esto del matrimonio interracial". Esto último se refería a la frecuente referencia al ex presidente Clinton, por parte del Caucus Negro del Congreso entre otros, como "el primer presidente negro".

Clinton no es la única que degrada su forma de hablar cuando lo hace con negros; se encuentra muy bien acompañada por Jesse Jackson y Al Sharpton, que han hablado de forma similar en muchas ocasiones. Ni Clinton ni los reverendos Sharpton y Jackson se dirigen a las audiencias blancas de esa manera. Durante la campaña presidencial de 2004, ante una audiencia predominantemente negra, el senador John Kerry dijo, en alusión al gran número de negros en prisión: "Eso es inaceptable, pero no es por su culpa". Dudo que Kerry hubiera contado a una audiencia de blancos que los blancos encarcelados no habían cometido ninguna falta. Kerry probablemente responsabilice a los blancos de su comportamiento delictivo.

En el 2004, el presidente de la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP), Kweisi Mfume, dijo del presidente George Bush que era "un presidente que está dispuesto a devolvernos a los días de segregación y dominación de Jim Crow", que es como se llamaron las leyes vigentes en los estados del sur entre 1876 y 1965. Durante la campaña presidencial del 2000, el reverendo Jesse Jackson advirtió a la audiencia negra de que un triunfo de Bush haría retroceder el tiempo a los días de Jim Crow. Ahora que el segundo mandato de Bush se acerca a su fin, ¿no va nadie a preguntar a Jackson y Mfume por la exactitud de sus predicciones?

Suponga que algún demagogo en el 2000 hubiera asegurado a los judíos americanos que una presidencia de Bush implicaría la puesta en marcha de campos de concentración, o que dijera a los americano-japoneses que su presidencia significaría que los internarían. ¿Cree usted que unas declaraciones semejantes habrían sido celebradas y aplaudidas? Estoy seguro de que, en caso de que alguien hiciera una predicción tan estúpida a los judíos o a los americano-japoneses, le habrían ridiculizado y se habrían mofado de él.

¿Qué nos dice de los negros el hecho de que tanto negros como blancos puedan convencerles para ganarse su voto mediante semejantes tonterías alarmistas e histéricas? Como negro, no encuentro la respuesta más obvia demasiado halagadora.

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