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Fundación Heritage

Una manera muy pobre de medir la pobreza

El 80% de las casas pobres tienen aire acondicionado, un lujo que en 1970 sólo poseía el 36% de toda la población de Estados Unidos.

Rebecca Hagelin

Cada año, cuando escucha las últimas cifras sobre la pobreza ofrecidas por la Oficina del Censo de Estados Unidos (U.S. Census Bureau) –o sea, cuando nos dicen cuántos de nuestros compatriotas son pobres–, ¿qué imagen se le viene a la mente? Si es como la mayoría de norteamericanos, se imaginará a gente desamparada, que carece de un alojamiento decente, que no tiene suficiente alimento ni ropa, que carece prácticamente de lujos y que puede incluso estar mendigando por las calles.

Bueno, tengo algunas buenas noticias para usted: aunque hay gente desesperada que cabe en esa descripción –personas reales que necesitan nuestra ayuda– la mayor parte de aquellos a los que el Gobierno clasifica como "pobres" llevan una forma de vida muy distinta a la que cabría imaginarse.

Robert Rector, colega de la Fundación Heritage y uno de los más destacados expertos norteamericanos en el tema de la pobreza, ha examinado las cifras del censo y ha descubierto, afortunadamente, que los "pobres" en Estados Unidos están mucho mejor de lo que le han hecho creer quienes están a favor de un mayor intervencionismo del Gobierno. Rector ha hecho un análisis detallado, del que se pueden destacar algunos detalles notables:

  • El 43% de todos los hogares pobres son en realidad dueños de sus viviendas. El hogar medio en el que viven las personas clasificadas como pobres es una casa de tres habitaciones con un baño completo y un aseo, un garaje y una terraza o porche.
  • El 80% de las casas pobres tienen aire acondicionado, un lujo que en 1970 sólo poseía el 36% de toda la población de Estados Unidos. 
  • El 6% de los hogares pobres se consideran masificados; dos tercios tiene más de dos cuartos por persona.
  • El típico pobre norteamericano tiene más espacio para vivir que la media de espacio individual en París, Londres, Viena, Atenas y otras ciudades europeas (Estas comparaciones son con ciudadanos medios en países extranjeros, no con los que se clasifican como pobres). 
  • Casi tres cuartos de los hogares pobres posee un coche; el 31% tiene dos o más.
  • El 97% de los hogares pobres tiene televisión a color y más de la mitad posee dos o más. El 78% tiene un vídeo o un DVD, el 62% tiene televisión por cable o parabólica.
  • El 89% tiene microondas, más de la mitad tiene equipo de sonido y más de la tercera parte lavavajillas.

Ahora bien, ¿por qué debería importarnos esto? Pues porque cuando los norteamericanos de buen corazón escuchan que, en 2005, la Oficina del Censo encontró a 37 millones de norteamericanos viviendo en la pobreza, dan por hecho que hay... ejem... 37 millones de norteamericanos sufriendo una existencia precaria que compite con la de la familia de Tom Joad en Las uvas de la ira. Y cuando los políticos explotan esa percepción para impulsar sus propios fines –para avivar la "lucha de clases" como forma de justificación de las subidas de impuestos o para aumentar el gasto público en programas fracasados–, los norteamericanos terminan siendo tratados como idiotas.

Y, repito, hay gente que verdaderamente tiene necesidad. Y si usted alguna vez se ha preguntado por qué, en Estados Unidos –una de las naciones más bendecidas y ricas del mundo– algunas personas sufren pobreza, Robert Rector explica la causa y las soluciones:

Mucha de la pobreza que sí existe en Estados Unidos se puede reducir, especialmente entre los niños. Hay dos razones principales por las que hay niños norteamericanos pobres: sus progenitores no trabajan mucho y la figura paterna está ausente del hogar. (...) La típica familia norteamericana pobre con hijos se sostiene con 800 horas de trabajo al año, el equivalente de 16 horas de trabajo por semana. Si el trabajo de cada familia aumentara hasta 2.000 horas al año –que equivale a un adulto que trabaje 40 horas a la semana durante todo el año– casi el 75% de los niños pobres saldrían del umbral oficial de pobreza.

Al ratificar políticas hostiles con el matrimonio y el trabajo –los 2 grandes exterminadores de la pobreza– el Gobierno está perpetuando en realidad la pobreza. Programas como la vivienda pública, los cupones de comida y el seguro médico para pobres Medicaid "recompensan la ociosidad y penalizan el matrimonio", dice Rector. Y agrega que el problema empeora con la llegada de los inmigrantes:

Cada año, Estados Unidos importa del extranjero cientos de miles de personas pobres extra a través de la inmigración legal e ilegal. En consecuencia, un cuarto de todas las personas pobres en Estados Unidos son ahora inmigrantes de primera generación o los niños menores de edad de esos inmigrantes. En líneas generales, una de cada diez personas que la Oficina del Censo considera pobre es un inmigrante ilegal o un hijo menor de edad de un inmigrante ilegal.

De modo que, si realmente deseamos reducir la pobreza, el rumbo a seguir de Estados Unidos debería estar claro: apoyemos valores imperecederos como la fidelidad, el trabajo duro y la responsabilidad personal. También debemos reducir la inmigración ilegal y aumentar el nivel de capacitación de los inmigrantes legales futuros. Recuerde las verdaderas respuestas la próxima vez que algún político diga que es simplemente cuestión de aumentar sus impuestos.

©2007 The Heritage Foundation
* Traducido por Miryam Lindberg

Rebecca Hagelin es vicepresidenta de Comunicaciones y Marketing de la Fundación Heritage.

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