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Ignacio Villa

Todo se acaba, incluso la legislatura Zapatero

Con este anuncio oficial concluye la legislatura más convulsa de la democracia española. Cuatro años sin duda intensos, donde el enfrentamiento, la división, la tensión, la crispación y la ruptura han sido la dieta permanente del Gobierno.

En esta vida todo se acaba, incluso la legislatura Zapatero. Este jueves el presidente del Gobierno ha confirmado definitivamente que las elecciones generales serán el 9 de marzo. Una fecha que ya conocíamos gracias a la indiscreción de Carme Chacón, pero que necesitaba pasar el trámite de la confirmación oficial del jefe del Ejecutivo.

En todo caso, con este anuncio oficial concluye la legislatura más convulsa de la democracia española. Cuatro años sin duda intensos, donde el enfrentamiento, la división, la tensión, la crispación y la ruptura han sido la dieta permanente del Gobierno. Una legislatura en la que Rodríguez Zapatero ha apostado claramente por un cambio en el modelo de Estado y otro en el modelo de sociedad. Unos años en los que se ha puesto patas arriba la estabilidad constitucional y la herencia de la Transición, en los que se ha puesto en duda de forma constante todas las normas de convivencia que nos dimos los españoles durante estos treinta años.

Con la convocatoria de las elecciones generales se cierra también la legislatura del 11 de marzo. La legislatura de la matanza de Madrid. Zapatero no ha conseguido uno de sus principales objetivos: cerrar la polémica sobre su llegada al poder. El presidente del Gobierno no ha conseguido borrar de nuestras mentes el hecho indudable de que su victoria electoral se produjo por la matanza de Madrid. Es algo que nunca quiso aceptar; así, los ataques nunca se han investigado en profundidad y se ha preferido mirar descaradamente hacia otra parte. El presidente del Gobierno cierra la legislatura sin conseguir aclarar la verdad sobre el mayor atentado de la historia de España.

Además, el presidente del Gobierno ha sido incapaz de gestionar competentemente los asuntos cotidianos. Ha puesto toda su artillería a trabajar en el contenido ideológico y ha despreciado el bienestar de los ciudadanos. Zapatero sabe lo que quiere y ha actuado con coherencia, tocando todos los palos posibles: la educación, la familia, la religión, la historia y los valores. Nada se ha salvado. Eso es lo que ha dado de sí esta legislatura. Un balance que se completa con la ruptura de la estabilidad constitucional por la vía del estatuto catalán, que significa el final de facto de la Constitución del 78.

Pero en fin, en esta vida todo se acaba, incluso la legislatura Zapatero. El anuncio de que el 9 de marzo se celebrarán marca él comienzo de la cuenta atrás. Es la señal del fin.

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