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Víctor Llano

Para los liberticidas no existen cubanos homosexuales

Jamás preguntarán por la verdad que tumbaría la trola que les permite quedar como progresistas cuando no son más que nuevos ricos que asumen con gusto el papel de bufones de asesinos en serie.

Esta semana se celebrarán en Madrid las jornadas Cuba: Revolución y Homosexualidad. Probablemente, no cuenten con la presencia de los supuestos progresistas que sólo se atreven a defender a los homosexuales allá donde nadie les persigue.

Siempre que pueden se pasean por las calles de La Habana y le ofrecen una entrevista al engendro que cada dos días publica las penúltimas patrañas que alguien pone en boca del tirano que más homosexuales ha torturado. Es el caso de Javier Bardem. El actor español ganó algún premio por protagonizar Antes que anochezca, pero muy pronto olvidó el sufrimiento de Reinaldo Arenas.

Es lo que tienen los amigos de los liberticidas. Su cobardía es constante. Su memoria, selectiva. Más en Cuba. Allí resulta mucho más productivo criticar a Aznar que denunciar los crímenes de las siniestras Unidades Militares de Ayuda a la Producción.

Quien si pudiera sí asistiría a las jornadas que se celebrarán en Casa de América sería José Mario. Pero como muchas otras víctimas de la tiranía castrista murió muy pobre en Madrid. Poco antes, el autor de El Grito nos contó su experiencia en los campos de concentración que sirvieron a los hermanos Castro para torturar a miles de homosexuales. La supuesta progresía española simuló no creerle. Los cobardes siempre miran para otro lado cuando lo que escuchan no les cuadra con la patraña eterna que les permite despreciar el sufrimiento ajeno.

Tras casi medio siglo de barbarie, a las víctimas de la brutalidad comunista ya no les sorprende que muchos de los muy subvencionados titiriteros españoles disfruten con gusto de la hospitalidad que sólo gracias a sus crímenes puede ofrecerle el máximo líder de los cuatreros multimillonarios. No se acercarán esta semana por Casa de América. Jamás preguntarán por la verdad que tumbaría la trola que les permite quedar como progresistas cuando no son más que nuevos ricos que asumen con gusto el papel de bufones de asesinos en serie.

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