Menú
Amando de Miguel

Cuestiones de alta gramática

Añado el híbrido que aparece en PESOE (= Partido Socialista Obrero Español). Que yo sepa, solo Víctor de la Serna se atiene a la norma cuando dice PSOE pronunciado como palabra, con ese elegante sonido "ps".

Carmen protesta contra el latiguillo de "bueno pues", que tanto se emplea en la radio. Le disgusta igualmente el "¿no?" retórico con que se terminan tantas frases. A mi modo de ver, se trata de lo que he llamado "rellenos semánticos". Son palabras que nada significan por si mismas, pero sirven para rellenar el tiempo de la conversación. Debe recordarse que, en la conversación cotidiana, a los interlocutores no les falta tiempo; les sobra.

Gabriel Ter-Sakarian, al hablar de los barroquismos del lenguaje, confiesa que "hay un latiguillo que [le] saca de quicio": lo de "nada más y nada menos que". No sé por qué le saca de quicio, cuando se trata de un cliché tan hecho como el de "sacar a uno de quicio". Simplemente, en el habla corriente recurrimos a juntar palabras que así las hemos oído muchas veces. Ese automatismo facilita la relación humana. Sería penoso escuchar un enunciado o leer un texto en el que la mayor parte de las palabras se juntaran con otras de un modo nuevo, original. Esos textos o esos enunciados existen pero normalmente decimos que son poemas, y aun los poetas recurren continuamente a juntar palabras de un modo que ya está trillado.

Don Gabriel denomina isolexismo a lo que yo llamaba paronomasia (= sonidos similares, por ejemplo "claros clarines"). Son ganas de poner nombres raros a las cosas. En ese arte de rebuscar etiquetas los gramáticos son maestros. Podríamos llama "onomanía". Lo de "paronomasia" resulta igualmente pedante. Baste decir que hay una figura del lenguaje que recurre a poner cerca sonidos iguales o parecidos. Lo que a veces puede ser un error, una falta de elegancia, cuando se hace con gracia, puede ser un hallazgo. Don Gabriel pone este ejemplo de isolexismo: "Los altos ciclos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza" (Cervantes, cap. I del Quijote). Pero sospecho que en ese caso Cervantes no ejerce de poeta ni de descuidado; simplemente construye una frase altisonante para poner en evidencia la locura de don Quijote. Es decir, Cervantes utiliza la ironía a través de una frase llena de sonidos repetidos. Lo que en otros casos sería desaliño, en las páginas del Quijote es genialidad. Un ejemplo de isolexismo o paronomasia es el que me envía Jaime García Pelayo (Sanlúcar de Barrameda): "liso y laso" (= sencillo, sin adornos ni filigranas).

Gabriel Ter-Sakarian me da una lección de elegancia cuando dice que él no dice nunca a su mujer: "¿friego los platos?" ni "¿te friego los platos?". Simplemente. "los friego sin decir nada". Reconozco que eso es lo elegante, pero hay otros criterios. Insisto en que la fórmula "¿te friego los platos?" o "¿te hago la cena?" puede significar un trato cariñoso. Ese te es una maravilla léxica que no es fácil que se dé en inglés, pongamos por ejemplo. Humberto García Rebagliato (Torrevieja, Alicante) me envía una nota iluminadora para distinguir siglas y acrónimos. La interpreto así:

  • Siglas: Composiciones formadas exclusivamente con las iniciales de las palabras. Por ejemplo IRPF, ONO, PIB.
  • Acrónimos: Resultado de la agregación de partes de palabras. Por ejemplo RENFE (= Red Nacional de Ferrocarriles Españoles) o CESEDEN (= Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional). En Argentina llaman colimba a la mili porque "corre, limpia, barre".

Añado el híbrido que aparece en PESOE (= Partido Socialista Obrero Español). Que yo sepa, solo Víctor de la Serna se atiene a la norma cuando dice PSOE pronunciado como palabra, con ese elegante sonido "ps". Estaría también el nombre abreviado: la Facul, la Complu, el cole, la resi, el finde. Acrónimo divertido, el que me relata Alfonso Blanco-Rivas (New Jersey, USA). Es el impulsor de un grupo de seguimiento de los distintos escolares de New Jersey que se conoce como CAPA. Tuvo que explicar a sus colegas la significación del verbo capar.

José Mª Navia-Osorio me cuenta la historia de un profesor de francés que tuvo en Oviedo. El hombre explicaba el origen de un bigote muy espeso. Años atrás estuvo a punto de ser atropellado por un coche, cuyo conductor era un viejecito. El profesor gritó al conductor: PPH (= pas passer l´Hiver, no pasarás del invierno). El viejecito, que oyó el insulto, salió del coche y le dio tal puñetazo al profesor que le partió el labio. Para disimular la cicatriz, el profesor se dejó el florido bigote. Está claro, añado, que las palabras no sirven solo para comunicarse. En especial, las siglas pueden ser dardos.

En Sociedad

    0
    comentarios