Menú
Thomas Sowell

La "experiencia" de Clinton y McCain

Sería difícil encontrar a dos personas menos dignas de confianza que los Clinton, o con una trayectoria más larga de inmoralidad y vileza.

Los favoritos de ambos partidos, es decir, Hillary Clinton y John McCain, están haciendo de "la experiencia" su punto fuerte. ¿Pero de qué clase de "experiencia" estamos hablando? Ambos llevan décadas metidos en política. ¿Pero cuáles son sus logros, exactamente? ¿En qué beneficiaron al país?

Ya fuera en Arkansas o en Washington, Hillary Clinton ha pasado décadas canjeando en dinero y poder el peso político de su marido. ¿Benefició eso a alguien que no fuera ellos mismos? En el caso de que la memoria le traicione, acuda a Internet y busque Whitewater, el escándalo de los archivos confidenciales del FBI sobre cientos de políticos republicanos que de alguna manera, que según parece nadie conoce, acabaron ilegalmente en la Casa Blanca de Clinton.

Busque información acerca de la venta de tecnología a China, que permitirá a este país atacar con mayor precisión ciudades norteamericanas con misiles nucleares. A continuación busque el dinero que llegó milagrosamente hasta los Clinton a través de canales de cuestionable legalidad. Busque también información sobre el despido por parte de Bill Clinton de todos y cada uno de los fiscales del país, incluyendo por supuesto a quienes lo estaban investigando por corrupción cuando había sido gobernador de Arkansas.

Tal vez parezca anticuado hablar de carácter o integridad, pero estas características pueden tener mucho más que ver con el destino de esta nación que la "experiencia" en los juegos políticos. Más relevante es el hecho de que los presidentes de los Estados Unidos que carecieron de carácter e integridad son los que han provocado daños más duraderos tanto al cargo que ostentaron como a la nación.

El país nunca ha vuelto a confiar en sus presidentes como lo hacía antes de que Lyndon Johnson y Richard Nixon traicionaran esa fe. La confianza, al igual que los demás rasgos y poderes de la Presidencia, no es simplemente un beneficio de su titular. La nación en conjunto es más fuerte cuando puede confiar en su presidente, que después de todo tiene un conocimiento mucho mayor de los problemas y amenazas nacionales e internacionales. Sería difícil encontrar a dos personas menos dignas de confianza que los Clinton, o con una trayectoria más larga de inmoralidad y vileza.

El senador John McCain también esgrime su "experiencia", tanto en política como en el ejército. El historial político del senador McCain está repleto de volantazos, resumidos en el término "inconformista", que es otra forma de decir que no se sabe lo que va a hacer a continuación, excepto que revertirá en su propio interés. Así que mientras está en internet rastreando el historial de los Clinton, busque el de John McCain, incluyendo asuntos como los cinco de Keating, la ley McCain-Feingold, o la ley de inmigración McCain-Kennedy.

La baza del senador McCain es su experiencia militar. Algunos afirman que ésta es especialmente valiosa cuando nos encontramos bajo la amenaza terrorista. ¿De verdad? El servicio militar de John McCain fue tan honorable como heroico. Pero no confundamos eso con experiencia relevante a efectos de ser presidente de los Estados Unidos. John McCain fue piloto naval, una labor importante y exigente. Pero ser piloto naval no es ser Patton o Eisenhower. Un piloto de la marina no planifica una estrategia en el campo de batalla, y mucho menos la estrategia militar global, que es la que debe supervisar un presidente con la ayuda de generales y almirantes experimentados. Franklin D. Roosevelt fue asistente del secretario de la Marina en la Primera Guerra Mundial, pero para el diseño de la estrategia militar durante la Segunda Guerra Mundial dependió del general George C. Marshall.

Hay que dar a McCain lo que es de McCain: por ejemplo, apoyó el incremento de tropas en Irak, que salvó una situación en deterioro. Pero también lo hizo George W. Bush, que nunca ha utilizado su servicio militar para promocionarse, o incluso Dick Cheney, que nunca estuvo en el ejército. La interpretación más caritativa de que el senador esté constantemente intentando vendernos su servicio militar es que simplemente lo explota para fines políticos.

Sería verdaderamente peligroso que McCain se considerase de verdad un experto militar y que por tanto pueda ignorar el consejo de auténticos expertos militares dada su calidad de presidente de los Estados Unidos. Un hombre como McCain, que tiene una trayectoria de testarudez y de toma de decisiones en el calor del momento es lo último que necesitamos como presidente en una era de complejas amenazas globales, incluyendo a terroristas que en unos cuantos años podrían contar con armamento nuclear.

En Internacional

    0
    comentarios