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Amando de Miguel

Latín más o menos macarrónico

Desde luego, grande es la influencia del nacionalismo catalán como "grande es Dios en el Sinaí", que dijera Castelar.

Un libertario, Leovigildo Martínez Arroyo, me pidió en su día que le informara sobre una posible versión del Quijote en latín macarrónico. Contesta ahora Pedro José Martínez Caparrós. Existe ese libro; está editado por AACHE Ediciones, c/Malvarrosa, 2, 19005 Guadalajara (España), tf. 949 220 438.

A propósito del famoso hexámetro de La Eneida ("Quidquid is est, timeo Danaos et dona ferentis"), Horacio Silvestre se despide con este juego de palabras: "Mitto ad te navem prora puppique carentem". Es decir, "te envío una nave que carece de proa y de popa". El acertijo es divertido. Si a la palabra navem le quitamos la primera letra (n) y la última (m), queda ave, que equivale a "Dios te guarde" o "que tengas salud". Bueno, ahora significa también "tren de alta velocidad", (alta velocidad española).

Por cierto Jaume Espuny señala que los catalanes, al AVE lo "llamamos TGV, tren de gran velocitat". Aparte de que el invento sea, más que nada, francés, eso de gran velocitat es un galicismo descarado.

Desde luego, grande es la influencia del nacionalismo catalán como "grande es Dios en el Sinaí", que dijera Castelar. A lo que voy, Pedro Manuel Araúz (Manzanares de la Mancha, Ciudad Real) me indica que, en las revistas especializadas sobre ferrocarriles, ha desaparecido el acrónimo AVE y ahora es LAV (Línea de alta velocidad). Todo un síntoma. De paso, don Pedro señala que, "en la misa solo admito el Latín y el Órgano", así, con mayúsculas. Me parece muy bien. Solo que ahora tenemos también el lap (= ordenador portátil).

Marcos Valencia me critica la expresión "el alma máter", puesto que se trata de una locución femenina, y "alma" (= nutricia) es adjetivo. Por tanto, para don Marcos, tendría que decirse "la alma máter). Esa es la opinión ortodoxa, la norma que recoge el Diccionario panhispánico de dudas. Sin embargo, y con todos los respetos, mi parecer es otro. A mi modo de ver, alma máter es ya una expresión troquelada, que en el español usual ya no se interpreta literalmente como "madre nutricia"; después de todo, una metáfora. Es decir, alma máter vendría a ser un sustantivo en sí mismo, una especie de persona o núcleo de personas que dan vida o significación a una entidad. Será ""impropio" ese uso, según el Panhispánico, pero es el que se estila; lo siento. Es tan caprichoso, y tan real, decir "el alma máter" como "el inri". Esos latinajos no tienen significación literal sino la que les da el uso. Pero, en fin, con la gramática en la mano, don Marcos, el Panhispánico tienen razón. Por cierto, ¿no sería mejor decir simplemente hispánico que panhispánico? Por mi gusto, tendría que haber un diccionario panóptico.

Javier Velázquez expone una interesante teoría histórica: "Cuando comenzó la romanización de Hispania, en edad muy temprana, a finales del siglo III a. de C., el idioma latino se encontraba menos evolucionado que cuando se conquistaron la Galia o la Dacia. De ahí que algunas palabras que los hispanos aprendieron en latín y las guardaron para sí, no tuvieran relación con las que se les enseñó a los galos y dacios. Se suele hablar del conservadurismo del latín hispánico, porque en él se conservan formas del latín clásico que se vieron rechazadas en otras áreas romanizadas que fueron más proclives a los cambios semánticos".

Don Javier documenta su teoría con algunos ejemplos:

Latín clásico Latín tardío Español Francés

Arena

Sabulum

Arena

Sable

Caseus

Formaticus

Queso 

Fromage

Umeru

Spathula

Hombro

Épaule 

Mensa

Tabula

Mesa

Table

No soy latinista, pero sospecho que habría otra lista para demostrar lo contrario, que muchas palabras españolas derivan del latín tardío. Se me ocurre casa y carro. Espero que los latinistas libertarios acudan al trapo.

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