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Amando de Miguel

Todo por la patria chica

El indicador más certero de desarrollo es hoy el balance migratorio. Pues bien, al País Vasco llegan hoy muy pocos inmigrantes del resto de España y del mundo.

Iñigo Martínez-Labegerie (Budapest, Hungría) me escribe "casi aterrado" por mi pregunta: "¿Se comprenderá ahora que el País Vasco haya dejado de ser la región más avanzada de España?". La opinión de don Iñigo es que esa presunción es "algo manifiestamente falso e indemostrable, contrario a la realidad estadística a la que un científico de lo social debería siempre atender". Me defenderé con hechos de un ataque tan furibundo. Hace más de un siglo, Guipúzcoa y Vizcaya figuraban a la cabeza de las provincias españolas por la renta per cápita y otros indicadores equivalentes. Desde hace unos años Madrid, Barcelona, Gerona y otras provincias figuran por delante de las vascas. La distancia es cada vez mayor.

Cierto es –como aduce don Iñigo– que la renta per capita provincial no es un medidor muy válido para estimar el progreso económico. Pero es que, si se tomaran otros indicadores, la consecuencia es parecida: la otrora primacía económica del País Vasco ya no se mantiene. Las sedes de las grandes instituciones bancarias (sus equipos directivos) ya no están en Bilbao o en San Sebastián sino en Madrid, Barcelona o Santander. El tráfico aéreo más intenso de la España peninsular se dirige cada vez más a los aeropuertos de Madrid, Barcelona y Alicante, quedando muy atrás los aeródromos vascos. La línea del AVE servirá antes a Madrid, Sevilla, Barcelona, Zaragoza, Valladolid, Málaga y Valencia que a las capitales vascas. Y eso si la ETA no se empeña en que los vascos no tengan AVE, como en su día consignó que no tuvieran energía nuclear. De momento, los tiros van por ahí. Y perdón por la metáfora.

El indicador más certero de desarrollo es hoy el balance migratorio. Pues bien, al País Vasco llegan hoy muy pocos inmigrantes del resto de España y del mundo. Eso es así cuando la tasa de fecundidad de las vascongadas es hoy la más baja de toda la Historia europea contemporánea. Es más, del País Vasco sale una generosa corriente de emigrantes hacia otras tierras. Es evidente que Navarra, La Rioja, Burgos y Cantabria se benefician de ese éxodo vasco. No es este el lugar para una disertación. Bastará un simple dato: el porcentaje de variación en el número de ocupados entre los años 1975 y 2004. Para toda España es el 37%. Para Álava es el 50%, para Guipúzcoa el 13% y para Vizcaya el 8%. El porcentaje para Almería es el 118%; Madrid el 69%; Barcelona el 33%.

También es cierto que el País Vasco sobresale por la modélica administración de algunos servicios públicos: enseñanza, sanidad, urbanismo. Pero ese buen hacer se mantiene muy principalmente porque los vascos (con los navarros) pagan menos impuestos que el resto de los españoles. Quizá la diferencia no sea muy apreciable, pero lleva acumulándose así durante mucho tiempo. Si desapareciera ese privilegio (cosa que no tardará en caer), el sector público vasco se vendría abajo.

Don Iñigo no me deja más que estas dos opciones: "A) No tiene conocimiento de la situación territorial de nuestro Estado [¿el vasco?, ¿el español?]. B) Tiene conocimiento de la estructura territorial de nuestro Reino de España, pero la manipula, esto es, miente". Pues bien, tengo ese conocimiento, lo vengo desarrollando desde hace medio siglo en múltiples publicaciones y he vivido muchos años en el País Vasco. En consecuencia, sé lo que me digo. Es más, me duele que el País Vasco vaya para abajo en casi todos los terrenos. Yo no insulto a don Iñigo; simplemente reconozco que su reacción es la de un enamorado por su tierra, como lo fuera el bardo Iparraguirre, también en el extranjero. Sea como fuere, ¿cuándo vamos a aprender a discutir con razones en lugar de descalificaciones personales e insultos?

F. Javier Arias Manzano se refiere a una ardorosa carta al director, publicada en Muy Interesante, en la que se alude al "pueblo indoeuropeo, como un pueblo belicoso, guerrero e intolerante, que atropelló y arrasó a los primitivos y pacíficos habitantes de Europa". El comunicante aduce que los vascos se salvaron de esa invasión y por eso "no tienen ascendencia indoeuropea". Concluye don F. Javier: ¿Cómo se puede decir semejante tontería sin sonrojarse?". Se puede. Mi opinión (nada experta) es que el tal pueblo indoeuropeo es una pura leyenda. Como lo es la pretensión de que el idioma vasco sea antiquísimo. Es dudoso que un vascoparlante actual pudiera entender un texto en vascuence de hace más de mil años; y eso suponiendo que hubiera algún texto de esas fechas. Como tampoco creo que lo haya en la pretendida lengua indoeuropea. Pero, en fin, espero alguna ilustración de los especialistas sobre el particular.

Pregunta Carlos Herrera a Zapatero: "¿Qué le parece que se multe a un comerciante por rotular solo en castellano en Cataluña?" Responde el de la Moncloa: "Puede haber otras medidas de fomento del catalán mejor que esa. Se podría reconsiderar". Oído lo anterior en San Antonio de Texas, resulta chusco. En los supermercados de esta ciudad lo normal es que el etiquetado de los productos venga en inglés y en español. Eso es así incluso con los productos importados de Italia o de otros países no hispanohablantes. Resultaría chistoso que el Gobierno de Texas dictara una norma prohibiendo el etiquetado de los productos comerciales en español. Un axioma comercial es que los productos hay que venderlos en el idioma del comprador.

"Libertario 2" me cuenta que él también estuvo en la famosa conferencia que se dio en Galicia sobre Irlanda. En el acto "hablaron en gallego el conselleiro [del ramo], el decano y dos profesores. Tanto el irlandés [que daba la conferencia] como todos los que intervinieron del público se expresaron en español". El conferenciante reconoció que el uso del idioma inglés es uno de los factores del éxito en Irlanda "menos del 1% de las web estaban en gaélico, mientras que, afortunadamente, en Galicia eran más del 50% las que estaban en gallego". Lo dicho, traen a un señor de Irlanda para demostrar que Galicia es como la verde Erín, pero resulta que los dos países siguen políticas lingüísticas opuestas. Termina don Libertario 2: "¡Si hasta han hecho un estudio genético para demostrar que los irlandeses descienden de antiguos gallegos!" Supongo que la hipótesis es que un tal Breogán, un paisano gallego, conquistó Irlanda.

Sandra Llamas dice que no ha entendido bien sus identificaciones. "Soy maragata y leonesa, pero mi comunidad autónoma es Castilla y León, y de la misma manera me siento española. Y todo con mucho orgullo por cierto". Pues me parece muy bien. Los sentimientos nacionales no tienen por qué ser excluyentes y menos todavía agresivos.

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