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GEES

Estos osetios no se enteran

Nuestras autoridades comunitarias se han arrogado el derecho, inexistente hasta ahora en la historia de la humanidad, a decidir qué supone un precedente y lo que no. Dicho de otro modo, a establecer el futuro.

Parece mentira. A pesar de que las autoridades comunitarias explicaron que el que un conjunto de estados europeos reconociera la independencia unilateral de Kosovo no suponía un precedente para otros territorios con vocación segregacionista, Osetia del Sur ha comunicado al mundo que ellos también quieren separarse del estado del que forman parte. ¡Cómo es posible que sean tan lerdos y no entiendan el mensaje! Los aires caucásicos deben impedirles comprender que una de las novedades del proceso de integración europea reside en que nuestras autoridades comunitarias tienen el derecho, inexistente hasta ahora en la historia de la humanidad, a decidir qué supone un precedente y lo que no. Dicho de otro modo, a establecer el futuro.

Javier Solana se ha visto en la obligación de volver a salir a la palestra para recordar que la situación de Kosovo es única, porque se enmarca en el proceso de desintegración de Yugoslavia. ¿Quién puede negar tan juicioso comentario? Es evidente que Osetia del Sur o Nagorno-Karabaj nunca han formado parte de Yugoslavia ni sus habitantes han hablado serbo-croata o albanés. Su historia es otra, la de la desintegración de la Unión Soviética. Los pobres osetios no llegan a comprender tan evidente distinción y caen en el error de pensar que toda desintegración produce efectos semejantes a la hora de ordenar el territorio y, por lo tanto, lo que vale para un caso vale para el otro.

Solana ha ido más allá y les ha recordado que la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad hacía referencia a que se establecía una administración provisional mientras se estudiaba una solución definitiva. De nuevo cabe sospechar que los osetios del sur no hayan llegado a intuir que de ahí se debía derivar la independencia, porque hay que reconocer que el vínculo es algo sofisticado. Lo más probable es que se hayan quedado con la interpretación literal de esa parte del texto en la que se dice que la presencia de tropas extranjeras tiene como uno de sus objetivos la preservación de la integridad territorial de Serbia. Los pobres habrán pensado que si lo que ha ocurrido es preservar, ellos pueden campar por sus respetos.

Mal está que la dimensión internacional de la Europa unida sea tan limitada que ni siquiera sus miembros logran llegar a un acuerdo sobre Kosovo, pero aunque sólo fuera por amor propio Solana & cía. deberían tener la mínima dignidad de no ir por ahí diciendo tonterías. Ellos han creado el precedente y en los cuatro territorios citados en su intervención, que formaron parte de la Unión Soviética, se hará lo que Rusia considere oportuno. La amenaza del no reconocimiento es, una vez más, irreal. Kosovo no será reconocida mientras Rusia no quiera y, como Taiwán demuestra cada día, es posible sobrevivir y hasta disfrutar de una economía privilegiada sin reconocimiento oficial.

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