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EDITORIAL

Castro es de izquierdas

Ya está bien de situar a la "izquierda" en un permanente estado de gracia: no hay ninguna incompatibilidad en ser de izquierdas y respaldar la tiranía de Castro, como no la hay en ser fascista y respaldar el régimen nacionalsocialista de Hitler.

Perdonen ustedes la perogrullada, pero ya está bien de situar a la "izquierda" en un permanente estado de gracia. Bien está que, tras cuarenta años de tiranía, el escritor y periodista Antonio Muñoz Molina considere una "vergüenza" y un "escándalo" el silencio que los intelectuales de izquierda han guardado y siguen guardando sobre la represión en los regímenes comunistas como Cuba. Sin embargo, no podemos olvidar que el totalitarismo comunista es el lógico resultado de esa fatal, criminal y liberticida arrogancia que ha caracterizado a esos mismos intelectuales. No hay ninguna incompatibilidad en ser de izquierdas y respaldar la tiranía de Castro, como no la hay en ser fascista y respaldar el régimen nacionalsocialista de Hitler.

Teniendo en cuenta lo que ha sido en el siglo XX la llamada intelligentsia de izquierdas, lo "escandaloso" no es únicamente los pocos nombres que se han sumado al de Muñoz Molina para respaldar el informe sobre Cuba elaborado por el Comité para la Protección de los Periodistas, sino el hecho de que algunos de ellos –empezando por Noam Chomsky– no hayan pedido nunca perdón por una militancia de izquierdas que les llevó a abrazar el totalitarismo en Vietnam o en Camboya con el mismo entusiasmo con el que ahora repudian el régimen de Castro. El final de la ilusión debe partir del reconocimiento de los errores.

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