La derrota del PP en las últimas elecciones ha precipitado una cascada de amargos comentarios por parte de los libertarios más comprometidos. Selecciono algunos más decidores, por ejemplo el esperado de José Mª Navia-Osorio:
No pudo ser. Hemos perdido las elecciones. Esta vez no hubo un atentado masivo que conmocionara a los votantes. Hubo un atentado que me parece terrible, aunque todos los atentados lo son. Para mí ha sido una de las mayores bajezas porque lo siento como el sacrificio de una persona para que ganen "los suyos". Sacrificio forzado, ha sido un sacrificio ritual. Mi punto de vista es que el PSOE y sobre todo ZP comparecían ante los españoles con el estigma de haber negociado con ETA y la sensación de que si ganaban volverían a pactar. Fue necesario asesinar a un socialista para poder decir "¿Veis como la ETA sabe que no vamos a pactar?". "No digáis que nosotros despreciamos a las víctimas porque también somos víctimas" y para hacerlo creíble se asesina a un socialista.
Había llegado a tener dudas sobre la participación de ETA en el 11-M pero ahora ya no las tengo. En 2004 asesinó a 200 personas la banda terrorista que asesina en España, ETA, y en 2008 vuelve a asesinar la misma banda que últimamente intenta forzar la voluntad de los electores con un asesinato inmediatamente antes de las elecciones. Pero con ETA o sin ETA el PSOE ha ganado y el PP ha perdido. Y ahora a esperar lo que se nos va a caer encima.
Cavilo que lo que se nos viene encima es una política aún más radical y curiosamente menos socialista. La prueba es que el PSOE no tendrá más remedio que pactar con los nacionalistas. Ni siquiera hará falta, pues el PSOE de las regiones bilingües es también nacionalista. Esa es la paradójica situación por la que algunos partidos nacionalistas han perdido votos: han ido al PSOE que tan bien los representa. Por lo mismo, la virtual extinción de los antiguos comunistas (Izquierda Unida) se ha producido porque sus fieles se pasan alegremente al PSOE. Ese paso lo hicieron en su día Carrillo, López Garrido y tantos otros. Así pues, la extraña paradoja es que realmente han ganado las elecciones los que aparentemente las han perdido. Es decir, tenemos ya, descarado, el antiguo Frente Popular, para mayor confusión semántica.
Más agrio aún es el comentario de Francisco (desde Murcia). Su conclusión es que "Rajoy no puede ser maltratado como culpable; los españoles somos lo que somos y me avergüenzo de ello". Y luego el desahogo respecto a los movimientos de independencia de Cataluña y el País Vasco: "Si el Constitucional no deshace esos desastres legislativos de Zapatero, creo que España entera, cada una de sus partes, debería pedir la independencia, en igualdad de condiciones que los catalanes. Pongamos fronteras por idioma, pongamos fronteras por comunidades e incluso por provincias. Será una consecuencia lógica de lo iniciado por Zapatero. Todo menos dejarse avasallar por una comunidad infecta de rencor como la catalana. Lo siento por los andaluces y extremeños, que no van a tener quienes les paguen el PER o les firmen las peonadas, pero lo tendrán merecido".
La anécdota personal es que, un día después de las elecciones aquí en San Antonio de Texas, hemos recibido las papeletas para votar. Así que no puedo quejarme mucho. La maquinaria administrativa española ha funcionado, solo que estudiadamente lenta con el fin de que los españoles de la emigración no podamos votar. Sencillamente magistral. Yo sí que estoy avergonzado de ser español, una de las cosas menos serias que se pueden ser en este mundo.
José CV me comunica un dato sorprendente. Joan Valls publicó el 23 de enero de 2008, en la web Debate 21, un artículo en el que se advertía: "Si a la ETA le interesa prolongar el desgobierno surgido del 11-M, habría que temer su irrupción en la campaña electoral [de 2008] con un atentado contra políticos. No se trataría de un atentado indiscriminado al estilo de la T4 [de Barajas], sino del asesinato de un miembro del Partido Socialista... que no goce de protección". Estremece pensar que es lo que efectivamente sucedió a dos días de las elecciones del 9 de marzo.
Pedro Liedo Galindo (Pachuca, Hidalgo, México) califica de rebuznancias los errores gramaticales. De paso desea que "los españoles no tengan que soportar cuatro años más al ZP, pero las mayorías mandan. Es la mayor imperfección de la democracia". Me temo que sí que vamos a tener que soportarlo, no solo a él, sino a la conjunción de minorías nacionalistas con las que no tiene más remedio que aliarse. Esa sí que va a ser una "rebuznancia".
Donaferentes (Pío Vadillo, Guadarrama, Madrid) me envía otro "desahogo" según dice él mismo. Estos son los términos: "Su política centrífuga en Cataluña y el zurdazo legislativo en materia de libertades durante estos cuatro años quizá le han hecho perder al PSOE algún votante habitual, pero a cambio, vaya paradoja, le han procurado una legión de voto radical, que es el que finalmente le ha dado la victoria. Bueno, eso y la mansedumbre del paisanaje en materia terrorista, un régimen electoral intrínsecamente perverso, la asonada mediática permanente y un cadáver bien presentado. Contra eso no hay carmelos, ni cercanías, ni multa-lenguas que valgan. Los socialistas en fase de diástole electoral son inexpugnables incluso para Rajoy, el mejor entre los suyos. Ante este panorama sólo cabe respirar hondo y esperar a que por ley natural arraiguen nuevos esquejes en todas las esquerras, a que la luna zapatera, de puro llena, mengüe."
Víctor Pérez Velasco –siempre tan animoso– opina que, ante la derrota del PP, no hay que tirar la toalla. "Se mantiene la tensión contra ZP. Personalmente yo me he dado un apagón informativo semanal. Esta derrota es más digerible que la de 2004 porque por lo menos ha sido limpia, sin el trauma del 11-M, aunque [esta vez] ETA dio su empujoncito". Pues eso es lo grave, don Víctor, que nos gobierna la alianza del socialismo y el terrorismo.