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EDITORIAL

Batacazo de la izquierda italiana

Los italianos, hastiados de la perenne crisis económica y de padecer un sistema ingobernable, se han decantado por lo malo conocido antes que embarcarse en una nueva aventura de incierto desenlace.

Doble mayoría absoluta para el conservador Pueblo de la Libertad en Italia. Su muñidor, el incombustible Silvio Berlusconi, controlará el Senado y la Cámara de Diputados sin que nadie, a excepción de sus socios padanos, le haga sombra. Frente a él Walter Veltroni, la gran esperanza de la izquierda transalpina que había sido elegido en unas primarias abiertas a todos los ciudadanos, cosecha un resultado ruinoso. La izquierda-arcoiris de Fausto Bertinotti, sucesora del PCI, se derrumba y queda, por primera vez desde los años cuarenta, fuera del parlamento.

Si bien Berlusconi no es, ni de lejos, un candidato bendecido por la transparencia y la buena gestión en sus anteriores etapas de Gobierno, el nuevo mapa político italiano puede dar cierta estabilidad a la República. Dos partidos, el de Berlusconi y el Demócrata de Veltroni se reparten nada menos que el 75% del electorado convirtiendo a Italia en un sistema bipartidista de facto. La última legislatura no ha llegado ni al ecuador debido a la debilidad del gabinete Prodi, que compartía mayoría con otras siete formaciones. En esta ocasión Berlusconi sólo tendrá que compartir el poder con la Liga Norte y, en bastante menor medida, con un curioso partido denominado Movimiento por la Autonomía.

Para la izquierda comienza ahora su travesía del desierto, desposeída del poder y condenada a una oposición que se promete larga dada la fortaleza parlamentaria de Berlusconi. Será una oportunidad de oro para que la izquierda italiana se modernice incorporando nuevas ideas y abandonando las que ya están trasnochadas, pero en las que Veltroni ha insistido durante toda la campaña. La fórmula Zapatero-Obama de vacuidades, buenas palabras y talante no ha funcionado. Los italianos, hastiados de la perenne crisis económica y de padecer un sistema ingobernable, se han decantado por lo malo conocido antes que embarcarse en una nueva aventura de incierto desenlace.

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