Menú
Carlos Semprún Maura

Negocios no tan redondos

He criticado suficientemente ciertos aspectos de la política exterior o nacional del presidente como para no tener que precisar que no soy un hincha, pero Sarkozy es el que más reformas ha realizado en un año.

El martes la prensa anunció en primera plana que el Grupo Planeta había comprado el grupo francés Editis, y yo, con el consabido egoísmo de los escritores, lo primero que pensé fue que Robert Laffont publicó mi primera novela y que Planeta se ha negado a publicar mi última.

En realidad todo se resume en una simple operación comercial. Un grupo financiero galo compró hace pocos años Editis (Robert Laffont, Bordas, Nathan, etc.) no para publicar más y mejores libros, sino para venderlo con sabrosos beneficios. Es lo que ha ocurrido cuando Planeta puso sobre la mesa más de mil millones de euros. Son cosas que suceden con frecuencia en el mercado editorial: compra y venta de editoriales, concentraciones, premios publicitarios pero calificados de literarios y lo demás, todo ello archisabido.

Yo estoy algo chapado a la antigua y prefiero tener relaciones personales con mis editores. Recuerdo mis almuerzos con Robert Laffont, mis buenas relaciones con Pierre Belfond, mi amistad con André Balland y cosas así. En España me ocurrió algo parecido con "los Tusquets", pero terminó mal, y en cuanto a mi último editor, Hoja Perenne, es además una estupenda historia de amistad, que no podría tener ni con un banco, ni con don José Manuel Lara.

Pasando a algo muy diferente, que no necesariamente más serio, porque los libros lo son, estos días se "festeja" el primer año de Presidencia de Nicolas Sarkozy, y pongo entre comillas lo de festejo porque se trata más bien de una condena casi unánime. Hay dos tipos de críticas: una minoría que considera que las reformas son demasiado timoratas, no suficientemente profundas ni liberales (¿por qué no ha suprimido las 35 horas, por ejemplo?) y la mayoría que le critica todo: el estilo, el método, las reformas y, sin decirlo nunca, que sea "húngaro".

Los sondeos parecen dar la razón a esa mayoría de descontentos, pues siguen siendo pésimos para Sarkozy. He criticado suficientemente ciertos aspectos de la política exterior o nacional del presidente como para no tener que precisar que no soy un hincha, pero Sarkozy es el que más reformas (timoratas, caóticas a veces, impopulares, otras) ha realizado en un año. Ni Chirac, ni Mitterrand ni siquiera Giscard fueron reformistas, y por eso la situación es hoy tan difícil, sobre todo cuando se le añade la crisis económica. Se avecina un periodo de vacas flacas.

En Internacional

    0
    comentarios