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Joan Valls

La Intertoto de Rajoy

Un año de escabechina continua, parecen creer los tíos de un Lassalle, será tiempo suficiente para limpiar el PP de personas con posibilidades de plantar cara al Frente Popular, eso a lo que algunos opinadores llaman "cambio de régimen".

Mariano Rajoy sabe demasiado bien que su XVI Congreso Nacional del PP es sólo una prórroga. Una bocanada de oxígeno para resistir un año más en su oposición vocacional y estéril; el tiempo justo para que dos millones de españoles le retiren la confianza en las Europeas de junio de 2009 y le den así el pasaporte al olvido.

Rajoy lleva cuatro años jugando a clasificarse a la Intertoto, tratando de neutralizar la mentalidad ganadora de jugadores como Zaplana, Aguirre o San Gil. En un partido como el PP, diseñado en su génesis para ganarlo todo, la intertotización no puede responder únicamente a la dejadez e incompetencia infinitas que les conocemos a Rajoy y a su equipo de pelotas con burka. Además de incapacidad, hay una clara voluntad de perder. ¿Por qué Rajoy no quiere clasificar a su equipo ni tan siquiera para una competición menor como la UEFA? ¿Para qué, entonces, quiere permanecer un año más al frente del PP destrozando las posibilidades del partido?

Un año de escabechina continua, parecen creer los tíos de un Lassalle, será tiempo suficiente para limpiar el PP de personas con posibilidades de plantar cara al Frente Popular, eso a lo que algunos opinadores llaman "cambio de régimen". Y, así, mientras ruedan las cabezas y se desgastan las esperanzas, los ponedores de calles a la gloria de don Jesús se preparan para recoger las nueces y asumir el cetro domesticado. Las declaraciones teletubbies de Fraga, otra máquina de regalar elecciones al PSOE, no hacen más que reforzar la sospecha. Porque la renuncia a la UEFA es una técnica más antigua que el plumier de dos pisos de don Manuel. Si pongo el listón en clasificarme para la Champions en cuarto lugar, entonces ir a la UEFA es un mal menor. La Intertoto se convierte en la zanahoria que debe llevarnos a la clasificación para la UEFA. ¿Ganar la Liga? Eso queda sólo para los grandes; nosotros estamos en crisis.

Así es cómo se inscribe uno para la Intertoto antes de las Generales de marzo. Con dos cojones. Y luego, a tratar de arriolarse a la vera de esta gentuza, con el cuerpo de Juan Manuel Piñuel todavía caliente. Qué asco.

A pesar de todas las evidencias, Mariano seguirá esgrimiendo el argumento pueril de que él solito ha logrado ganar medio millón de votos con respecto a 2004, aún con la rémora zaplano-acebista. El arriolado jefe de la oposición sabe, en realidad, que buena parte de sus votos se los debe a Rodríguez; que varios millones de españoles le votaron en 2008 porque no había más remedio; que en México no sólo hay pirámides y playas; también proliferan las casas de subastas para los bobos solemnes.

No es difícil imaginarse al registrador dentro de algunos años lamentando la tendencia cainita de la derecha española. Sentado, viendo algún partidillo de la Intertoto, será ése el mejor momento para recordarle la cita de Nietzsche que nos traía Arturito hace un tiempo: "Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado."

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