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Amando de Miguel

Política: los hunos y los hotros

Los que se sienten liberales dentro del PP no tienen que irse a otro partido. El PP tendría que ser el gran partido liberal-conservador.

Miguel Ángel Taboada –que todo lo lee– encuentra un artículo de Alfonso López Tena (notario, miembro del Consejo General del Poder Judicial) a propósito de la celebración del dos de mayo: "Mañana celebrarán los españoles el inicio de su revuelta terrorista y reaccionaria contra el orden constitucional, de frailes bandoleros como los talibanes y con su mismo programa oscurantista, que aprovechó la victoria británica para, al grito de ‘¡Vivan las cadenas!’, restablecer la Inquisición, abolir toda Constitución y ocupar Catalunya."

Y añade: "Ocultarán también mañana, como siempre hacen, sus legítimos Rey y Constitución de la época. Curioso nacionalismo paleto el de los españoles, cuya xenofobia no ceja hasta ocultar lo mejor de su pasado, su primera Constitución liberal". [¿La de Bayona?]. Recientemente, López Tena amparó la quema de fotos del Rey en Cataluña como una manifestación de la "libertad de expresión". En nombre de la libertad de expresión muchos decimos que el tal notario, nombrado juez, es un ignorante, un farsante y un petulante.

Jaime Rojo (Mallorca) contempla con asombro los errores que cometen los del PP en Asturias por lo que se refiere a la política lingüística. "Pretenden repetir con el bable los errores que han cometido con la lengua aquí, en Baleares". Añado que la consecuencia es que, cuando impera el nacionalismo, pierde el PP. De nada vale que el PP se vista con la piel de cordero del nacionalismo. Ese espacio ya está ocupado.

Emilio Castellote se pregunta cómo es que la señora vicepresidenta se ha sentido "horrorizada" al verse fotografiada junto a un jerarca nigeriano que era polígamo. Don Emilio razona que, si en España es legal el matrimonio entre dos personas del mismo sexo, por qué nos vamos a "horrorizar" de que la poligamia sea legal en otros países. Añado más, que, al paso que vamos, la poligamia será legal en España.

J. Lloret (Alcoy) comenta que la nueva actitud de los dirigentes del PP, con el objeto de ganar votos, puede llevar a perderlos por otro lado. Estoy de acuerdo. Lo malo es que los dirigentes del PP, aunque estén en la oposición, viven muy bien y se sienten muy satisfechos. En definitiva, no tienen mucha ambición de poder. Ya es paradoja.

José Mª Navia-Osorio echa su cuarto a espadas respecto a la protesta de María San Gil. Comenta en asturiano: "Hay un divorcio cada vez más claro entre la cúpula directiva y las bases... Si hubiera democracia real con elecciones primarias no habría un divorcio tan claro entre el aparato del partido y las bases." Tiene razón don José Mª, aunque entiendo que la tecniquería de las primarias sería poca cosa. Lo fundamental es el cambio de rumbo del partido, hasta el punto de que, si sigue así, dejará de ser un partido nacional. El PSOE dejó de serlo hace tiempo, cuando descubrieron sus dirigentes que era mejor aliarse con los nacionalistas para poder gobernar con tranquilidad. Lejos quedaba la ideología verdaderamente socialista, la da la igualdad (no la del Ministerio de ese nombre, que es una burla). En su día protestó Rosa Díez por ese abandono del PSOE de su línea nacional. Fue un gesto simpático.

Lo curioso es que ahora se reproduce la triste historia con el PP. También quiere dejar de ser un partido nacional para convertirse en la nueva confederacicón de derechas autónomas, aliarse con los nacionalistas y así tocar poder en algunas autonomías. Por lo visto no hay otra fórmula. De nuevo una política vasca, María San Gil, protesta contra esa deriva de su partido. Estoy con ella, y no solo por ser un "referente moral", como se dice, sino porque tiene razón política. Es curioso que sean dos políticas vascas las que hayan sido sensibles a la "desnacionalización" de sus respectivos partidos.

La democracia española solo se podrá asentar si compiten dos grandes partidos verdaderamente nacionales, uno a la derecha y otro a la izquierda. Solo hay dos manos y por tanto solo hay derecha e izquierda, estribor y babor. Lo del "centro" está bien para llamar así a la moderación, pero en las democracias asentadas los dos grandes partidos son igualmente moderados, centristas o centrados. Por tanto, es absurda la disquisición de si un partido de la Derecha es de Centro.

Lo razonable es que haya un partido de la Izquierda que vele por la igualdad y otro de la Derecha que propicie la libertad. Quizá el nombre sea lo de menos, pero tanto Socialista como Popular me parecen marbetes sin mucho sentido. Claro que lo fundamental es el contenido. Y otra cosa: a los políticos españoles se les nota demasiado que su aspiración es la de mandar por encima de todo. No estaría mal que, además de esa legítima pretensión, nos dijeran cuáles son sus principios, los valores que defienden, en el lenguaje más llano posible.

Es un lugar común decir que los partidos políticos norteamericanos no son más que máquinas electorales. No es esa mi impresión. Es en España donde los partidos son máquinas electorales, pues nada sabemos de las ideas de los candidatos, excepto que quieren llegar a mandar. En los Estados Unidos los candidatos tienen que "retratarse" continuamente. Había que ver a la Clinton y a Obama hace un mes disertar ante las cámaras de televisión sobre su idea de Dios, de la moral, de la religión. Ya me gustaría que los políticos españoles se "mojaran" alguna vez sobre esas cuestiones. Dice el Gobierno español que va a promover el pluralismo religioso. Cosa extraña porque en ese Gobierno no hay ningún católico, ni judío, ni protestante, ni musulmán. Sospecho que todos los ministros son ateos y encima vergonzantes. Valiente representación del pluralismo religioso del país.

Una vez que el PP consiga ser un partido nacional, volcado hacia la libertad, entonces habrá que exigir que haya primarias y democracia interna. Los candidatos y compromisarios todos deben ser elegidos por las bases, no deben ser designados desde arriba (como ahora sucede). De otra forma continuaremos con el tirón oligárquico y el personalismo, los males seculares de la vida política española, no solo del PP, claro está, sino de todos los partidos. En algunos casos habría que hablar de "partidas". Los que se sienten liberales dentro del PP no tienen que irse a otro partido. El PP tendría que ser el gran partido liberal-conservador.

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