Una de las muchas cosas que las sociedades modernas exigen a los gobernantes es eso que se suele resumir en la frase "igualdad de oportunidades". Pero, en su sentido literal, es imposible alcanzar algo así, porque el conocimiento se encuentra inevitablemente disperso, al igual que los talentos, la capacidad y los recursos.
Es más, si el Gobierno lograra hacerlo, acabaría al mismo tiempo con la libertad individual y el respeto a otros derechos que exigimos nos sean garantizados. Tenemos distintas preferencias y aspiramos a fines distintos en nuestras vidas. Sería imposible transmitir todo eso al Gobierno para que nos lo dé a cada uno de nosotros.
La función del Gobierno, entonces, no es garantizarnos ciertos resultados particulares a cada uno de nosotros, sino generar condiciones generales en las que tengamos mejores oportunidades de perseguir y, eventualmente, alcanzar nuestros objetivos particulares. Mantener ese orden y marco de normas, tanto formales como informales, es el resultado de largos procesos evolutivos.
Lo llamamos "marco institucional" y uno es mejor que otro cuando se permite la mayor coordinación de acciones individuales, lo cual conduce a un mayor número de oportunidades. Es lo que tratamos de medir en el Índice de Calidad Institucional, cuya segunda edición acaba de ser publicada por International Policy Network.
Una conclusión que salta a la vista en los países en las peores posiciones –Myanmar, Somalia, Corea del Norte, Haití, Venezuela y Cuba– es que se sus gobiernos dicen buscar la igualdad, pero no ofrecen un marco institucional confiable y su gente está sometida constantemente a abusos por parte de grupos organizados que utilizan el poder en beneficio propio.
Por el contrario, las naciones ubicadas en los primeros lugares son, en Europa, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Suiza, Suecia, Países Bajos, Alemania, Bélgica y el Reino Unido; en América, Canadá, Estados Unidos, Bahamas, Barbados, Santa Lucía y Chile.
Aquellos países que han logrado desarrollar un conjunto de instituciones sólidas pueden brindar a sus habitantes más y mejores oportunidades de buscar y alcanzar los fines y objetivos que desean. Esto es el verdadero significado de lo que llamamos "desarrollo humano". No se trata solamente de una vida más larga y saludable, adquirir conocimientos y contar con recursos. Algunos países pueden haber logrado largos promedios de vida o gran acceso a conocimientos, pero la vida de la gente es dirigida por otros, restringida por controles, regulaciones y mandatos. El individuo tiene que gozar de más opciones para vivir su propia vida. En los países de mayor calidad institucional, las personas cuentan con mejores oportunidades de alcanzar lo que desean en la vida, mientras que todo lo contrario sucede en los países al final de la lista.
