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Victoria Llopis

Nuestras menguadas libertades públicas

El gran Julián Marías dejó escrito que la mengua de libertades ciudadanas podrían resumirse en una máxima con la que enfrentar la realidad: "¿Qué puedo hacer? ¿Qué no puedo hacer? Y ¿qué pueden hacerme?"

El gran Julián Marías dejó escrito en un artículo durante los años del llamado felipismo que la mengua de libertades ciudadanas que se empezaban a percibir en dicho periodo, comparado con el de la UCD, podrían resumirse en una máxima con la que enfrentar la realidad: "¿Qué puedo hacer? ¿Qué no puedo hacer? Y ¿qué pueden hacerme?" La vigencia de estas preguntas como test del estado de las libertades es asombrosa.

Me he acordado de ellas al leer en la prensa de hoy que a partir de ahora, y en aplicación de la Ley de Igualdad, va a estar prohibido preguntar por el estado civil o los hijos en las entrevistas de trabajo, que el Gobierno multará a las empresas que se interesen por la situación familiar de los candidatos, y todo porque consideran que el conocimiento de esas cuestiones por parte de la empresa puede ser discriminatorio para los candidatos, especialmente para las mujeres. Nos dicen que también se intensificará la vigilancia de las ofertas de empleo en prensa que puedan resultar discriminatorias, como –señalan este ejemplo– "se busca mozo de almacén". ¿Oiga, y si el negocio en cuestión precisa exactamente un mozo de almacén para acarrear pesadas cajas de material, y no una delgada señorita? Nada, nada; no pueden discriminar. Además, el plan de inspecciones controlará con especial atención si las empresas se están ajustando a la legislación, que establece la obligación, para aquellas que tienen más de 250 empleados, de aprobar planes específicos de igualdad.

La angostura en la libertad para organizar los negocios privados de la manera que sea objetivamente mejor para que éstos cumplan con sus fines es evidente. Y los economistas nos dirán cuánto daño al tejido productivo nacional va a causar esta ley y sus disposiciones.

"Cuando hay libertad, se la ejerce apaciblemente, y suele conducir al acierto" (Julián Marías). Quizá a éstos que se creen hijos del libertario Mayo del 68 habría que recordarles uno de aquellos lemas: "Prohibido prohibir", o también parafrasearles aquello de "Igualdad, igualdad: ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!"

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