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Michelle Malkin

La pedofilia chic de Beyoncé

En este mundo indecente, los 21 años se alcanzan a los 7. La inocencia de un niño debería durar más que la barra de labios tamaño familiar de una estrella del porno.

Si usted es de los que piensa que resultaba algo inquietante la imagen de porno blando que la reina adolescente de Disney Miley Cyrus ofreció en la revista Vanity Fair, donde se mostraba sin nada excepto labios manchados de carmesí y un salto de cama, todavía no ha visto nada. La diva del pop Beyoncé Knowles, de 27 años de edad, y su madre diseñadora han lanzado una línea de ropa femenina que hace que la sesión glamour a espalda descubierta de Miley parezca un reportaje fotográfico de Shirley Temple.

El negocio familiar de los Knowles, House of Dereon, publicó recientemente unos anuncios de su Dereon Girls Collection con jóvenes modelos que no parecen mayores que mi hija, que está en segundo de primaria. En la foto, las chicas se muestran al estilo de la difunta JonBenét Ramsey, con brillo de labios, maquillaje y colorete. Cubiertas de bisutería hasta las orejas, varias llevan chaquetas de cuero y complementos de tachuelas.

Una de las niñas lleva tacones brillantes de aguja (más propios de las Pussycat Dolls que de la Dorothy del "mago de Oz") y otra posa con las piernas abiertas al estilo rapero gangsta ataviada con una boa de plumas rosa neón, sombrero de ala con piel de leopardo y zapatos de tacón de aguja. Una modelo aún más joven parece una Mini-Beyonce con el pelo cardado, vaqueros ajustados, botas de cuero de punta y una postura a la altura de las circunstancias.

Hace unos años la marca Abercrombie & Fitch protagonizó un escándalo cuando sacó una línea de tangas para niñas en edad escolar y unos catálogos estilo pederastia chic. Aunque, dicho sea de paso, fue Calvin Klein quien inició todo esto con una Brooke Shields de 15 años ronroneando "Nada se interpone entre mis Calvin y yo". Pero las fotografías de House of Dereon caen aún más bajo. Es algo enfermizo e incorrecto, y no son los conservadores quienes han saltado primero. Han sido las páginas web de moda y de algunos famosos quienes han estado echando pestes sobre el asunto:

"Es como si prostituyeran a mi hija", condenaba una bloguera. "El anuncio de Dereon Girls es demasiado para adultos" concluía otro. Perez Hilton, el rey del cotilleo, realizó una encuesta entre sus lectores sobre si el anuncio era apropiado o no. El resultado fue un aplastante consenso: claro que no.

Este hecho siniestro es subrayado por el hecho de que las responsables del marketing de esta explotación infantil son mujeres. Yo les habría preguntado: "¿Por qué la madre de Beyoncé no le dijo a su hija que quitase toda la pintura de las caras de las modelos de Dereon?" Pero esta señora, que ha ayudado a dirigir la carrera de la cantante de Bootylicious desde la infancia, es su entusiasta y siempre dispuesta cómplice.

En cuanto a las madres de esta nueva cosecha de modelos infantiles, sin duda estarán encantadas de ver a sus hijas pintadas como puertas y posando como aspirantes a modelo de Victoria's Secret. Si algo habíamos aprendido de Lindsay Lohan y su madre juerguista es que de tal palo (poses a lo Lolita) tal astilla (salir enseñando los pechos).

En conclusión, ¿qué será lo siguiente? ¿Niñas de nueve años realizando bailes de stripper? Ah, espere. Eso ya se hizo. Pude contemplar esa pesadilla el pasado otoño en el reality de un canal de televisión por cable, Keeping Up with the Kardashians, que presentó a varias hijas en edad escolar de la estrella olímpica Bruce Jenner calzándose zapatos de dominatrix y girando alrededor de un poste de stripper en el dormitorio de sus padres mientras amigos y familia las animaban. Sin duda alguna todos ellos futuros clientes de House of Dereon.

Sepan ustedes que los modelos de Beyoncé se puede comprar en los almacenes Macy's y en otros establecimientos "refinados" dispuestos a vender ropa de niño con lentejuelas. Debería darles vergüenza a todos. Sí, vergüenza. Es hora de redoblar nuestros esfuerzos para combatir la cultura que envenena Hollywood, Halloween, la temporada de bailes de fin de curso, etc. En este mundo indecente, los 21 años se alcanzan a los 7. La inocencia de un niño debería durar más que la barra de labios tamaño familiar de una estrella del porno.

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