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Amando de Miguel

Cuestiones discutibles de gramática y sintaxis

Puede que el Ministerio de Igualdad dictamine que no se puede hablar de machos y de hembras, ni siquiera en el reino animal. ¿Y qué diría la indocumentada ministra de la Igualdad de una acción como machihembrar?

José R. Perdigón (Greenhills, San Juan del Monte, Filipinas) lee este párrafo en un despacho de la agencia EFE: "La Juntas Generales de Álava han exigido hoy al lehendakari la retirada del proyecto de ley que regula la consulta sobre el futuro del País Vasco... Las Juntas han aprobado una moción en contra de la consulta planteada por el PP y respaldada por el PSE". D. José R. tiene razón sobre lo confusa que resulta la última frase: ¿Lo que plantea el PP y respalda el PSE es la moción o la consulta?

Vicente Úbeda Bel anota una repetida expresión de un comentarista deportivo en el encuentro España-Grecia. Era una queja de la conducta del árbitro, que siempre beneficiaba al "infractor de la falta", siempre que fuera griego. Debemos suponer que el comentarista se refería al infractor de la norma o del reglamento. Lo del "infractor de la falta" tiene poco sentido. Muy bien observado.

Millán González me plantea la batallona cuestión de la tilde en el adverbio solo o en los pronombres demostrativos (este, ese, aquel). Mi opinión es clara, lo mejor es prescindir de la tilde. Solo la pongo si lo exige el editor o la coherencia en un libro colectivo o escrito en colaboración. Pero, en cuanto vuelvo a guerrear en solitario, sigo con mi querencia de prescindir de esas caprichosas tildes. Lo cual no quita para que entienda que la lengua es un sistema que debe estar sometido a unas reglas. Precisamente, la tilde sobre solo, este, ese o aquel es una excepción a la norma general de que las palabras llanas no se acentúan. Excepciones, las menos. Don Millán asegura que, de seguir mi criterio, puede haber cierta ambigüedad. Pero la lengua y la vida entera es un monumento a la ambigüedad. Ese efecto puede ser preocupante, pero también puede tener su gracia.

José R. Perdigón (Greenhills, San Juan del Monte, Filipinas) afirma que "antes de la llegada del correo electrónico por internet nunca había visto eso que damos en llamar arroba [@] en textos en castellano". Sin embargo, entiendo que la dichosa @ es un viejo símbolo que utilizaban los contables en diferentes partes de Europa cuando la contabilidad se hacía y se escribía a mano. Quería decir "a tanto por unidad". Ha sido un acierto rescatar ese símbolo para el correo electrónico. Es una cretinez la pretensión de que funcione como una letra ambigua, como "o" o como "a".

Susana Molledo (Bilbao, Vizcaya) explica muy bien mi pregunta (retórica) sobre la extraña disonancia entre bovino y vacuno, una con be y otra con uve. Simplemente bovino deriva de bos-bovis (= buey) y vacuno de vacca-vaccae (= vaca). Claro que el problema sigue en latín: bovis con be y vaccace con uve. La cosa no tiene mayor trascendencia; es una curiosidad menor. Que conste que lo de bobino en lugar de bovino era de un texto de un libertario. Tampoco el errorcillo tiene mayor importancia.

Doña Susana aprovecha el gasto para plantear otra cuestión a la ministra de "Igual da". ¿Cómo es que el DRAE define vaca como "hembra de toro" y, en cambio, toro no es el macho de la vaca? Realmente el toro es el macho bóvido no castrado. La vaca es la hembra bóvida. Pero puede que el Ministerio de Igualdad dictamine que no se puede hablar de machos y de hembras, ni siquiera en el reino animal. ¿Y qué diría la indocumentada ministra de la Igualdad de una acción como machihembrar?

Antonio Valverde se plantea una duda: si debe decirse (A) "habrá de tenerse en cuenta los factores" o (B) "habrán de tenerse en cuenta los factores". A mí me suena mejor B. Entiendo que el verbo haber funciona como auxiliar del verbo principal (que es tener en cuenta), no como verbo impersonal. Pero no soy gramático y mi función no es prescribir un uso u otro de la lengua. Lo mío es más bien registrar el habla. Así que me someto y aprendo de lo que puedan decir las autoridades competentes. Seguramente entre los libertarios habrá doctores que sabrán responder mejor a la duda de don Antonio, que hago mía. Dicho lo cuyo, me callo.

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