Tres viudas, tres huérfanos y una madre de asesinados por ETA, además de un secuestrado por la banda terrorista, deberán convivir en la misma calle que José Ignacio De Juana Chaos, el asesino de 25 personas que no sólo no se arrepiente de los crímenes cometidos, sino que el dolor de los familiares (niños incluidos), constituye su principal alimento. Ante este hecho, uno de los más paradigmáticos escándalos de la historia del terrorismo etarra, el ministro de Justicia se ha limitado a declarar que "cuando las penas se cumplen, en un Estado de derecho se sale de la cárcel", y que espera que "este hombre entienda lo que es la vida en sociedad".
El barrio donostiarra de Amara se convierte así en el arquetipo del maltrato a las víctimas del terrorismo en España. Es el símbolo del infierno que deben soportar las víctimas tras los atentados a sus seres queridos, pues se ven obligadas incluso a convivir con sus propios verdugos, como ya les ocurre a muchas otras en otras localidades, rodeadas de placas y de homenajes a los asesinos. Una tortura en toda regla impuesta desde el Estado que se dice de derecho y que condena a la impotencia y el desamparo más absolutos a tan ejemplares víctimas. Mientras, permite que sus verdugos vivan a sus anchas tras cumplir 21 de los 3.000 años de cárcel a los que fueron condenados.
La insensible reacción de quien ostenta la representación del Gobierno de España produce náuseas. Desde su dúplex del centro de Madrid reformado a dos meses de las elecciones con el desembolso de 250.000 euros del Ministerio de Justicia en tapicerías, mobiliario de baño y jardineras, Mariano Fernández Bermejo contempla indiferente el humillante espectáculo de terror que vivirá el indefenso vecindario víctima del criminal a quien él protegió.
El terrorista "engordará" de lo lindo al toparse con María Teresa Embid, viuda del comandante José María Herrera, Pilar Ruiz Albisu y Estíbaliz Garmendia, madre y esposa de Joseba Pagazaurtundúa, Isabel Bastida, viuda del alcalde de Elgoibar o Julio Iglesias Zamora, secuestrado por los etarras durante 116 días. Los pisitos de De Juana y Bermejo constituyen el modelo de sociedad de la política social con la que Zapatero quiere transformar España "más allá de la alternancia".