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EDITORIAL

Taguas, Martinsa y la oficina de intereses de Zapatero

Más que una oficina económica es un gabinete dedicado a cuidar de los intereses de su patrón, una agencia de colocación y un despachito con el único cometido de enredar y crear problemas donde no los había

Se ha confirmado lo que sospechábamos desde hace meses: el Gobierno, a través de la oficina económica del presidente, negoció con las constructoras para evitar sonoras quiebras antes del 9-M. Era obvio, entraba dentro de la lógica con la que Zapatero enfrenta los problemas, y tan sólo quedaba saber el tiempo que tardaría la prensa en ofrecer más detalles sobre el asunto. La sorpresa, por lo tanto, viene más del mensajero que del mensaje porque ha sido el diario El País el que ha soltado la liebre con intención, evidentemente, de dar un capón al Gobierno por los favores que le está haciendo a sus amigos de Mediapro.

David Taguas, que en abril dejó la Oficina Económica de Presidencia para ponerse al frente de la patronal de los constructores (SEOPAN), tejió en los últimos meses de la pasada legislatura una red de mentiras y falsas promesas encaminada a evitar quiebras inoportunas en el sector de la construcción antes de las elecciones. Combinando la mano izquierda con visitas a la Moncloa, Taguas garantizó a Fernando Martín, presidente de Martinsa-Fadesa, ayudas públicas tras los comicios si mantenía en secreto la delicadísima situación de su empresa, comprometida por malas inversiones y el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Cuatro meses después de las elecciones Martinsa se vio obligada a suspender pagos porque el crédito del ICO que esperaba, el mismo que le había prometido Taguas entre visita y visita al Palacio de la Moncloa, le fue finalmente denegado. Solbes arguyó que el Instituto de Crédito Oficial no está para sanear la deuda de las empresas y estaba en lo cierto. Lo que ocultó, y a estas alturas se nos hace difícil creer que Solbes no estaba al tanto de las maniobras monclovitas de Taguas, es que esta empresa estaba acabada desde hace bastantes meses.

Este escándalo, que viene a sumarse al que protagonizó el propio Taguas al asumir la presidencia de SEOPAN y a los que protagonizó Sebastián en su etapa de asesor áulico de Zapatero, pone en evidencia que esa oficina no sólo no es necesaria cuando el Gobierno cuenta con una cartera de Economía, sino que es un nido de intrigas, enchufes y clientelismo al máximo nivel. Más que una oficina económica es un gabinete dedicado a cuidar de los intereses de su patrón, una agencia de colocación y un despachito con el único cometido de enredar y crear problemas donde no los había.

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