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Víctor Llano

Lo que no les repugna

Cientos de miles de víctimas de los hermanos Castro han preferido correr el riesgo de morir devoradas por los tiburones antes de sobrevivir en una esquina de la gran patraña que sólo les ofrece miseria, represión y desesperanza.

Los cubanos son tan alegres y tan listos como desafortunada fue siempre su nación. Nada jugó a su favor. Por no contar, jamás contaron ni con la ayuda de la Historia ni con el auxilio de la Geografía. Si Cuba no fuera una isla rodeada de tiburones hambrientos y de peligrosísimas corrientes marinas la tiranía jamás habría alcanzado la década de los 70.

A los verdugos les consta que si fabricaran un puente de las costas de La Habana a las de La Florida, hasta los más obedientes miembros del Partido Comunista lo recorrerían incluso de rodillas. En cualquier caso, cientos de miles de víctimas de los hermanos Castro han preferido correr el riesgo de morir devoradas por los tiburones antes de sobrevivir en una esquina de la gran patraña que sólo les ofrece miseria, represión y desesperanza. Jamás renunciaron a escapar. Y lo seguirán intentado mientras no desaparezcan de su tierra los asesinos en serie que la convirtieron en un infierno.

Nadie puede reprochar a otro que decida a arriesgar la vida de sus hijos para tratar de impedir que crezcan bajo la bota de los que presumen de su condición de terroristas. Si entran en el vídeo que encontrarán en este enlace lo podrán escuchar de boca del propio Fidel Castro:

Que nadie se imagine otra cosa. Si nos dedicamos al terrorismo con toda seguridad que seríamos eficientes. Pero el hecho de que la Revolución Cubana nunca ha aplicado el terrorismo no quiere decir que renunciemos a ello, ¡lo advertimos!

Nunca renunció al terrorismo ni en Cuba ni allá donde pudo; sin embargo, como ahora y para nuestra vergüenza, siempre encontró españoles que lo considerasen un tipo con el que se podía y se tenía que dialogar.

Según ella misma ha declarado, a María Teresa Fernández de la Vega le repugna que José Ignacio De Juana Chaos esté en la calle. Lástima que al menos los cubanos no puedan confiar en las palabras de la vicepresidenta primera del Gobierno de España. Puede que no sienta afecto por De Juana, pero si fuera cierto que le repugnan los terroristas les repugnarían todos, también Fidel Castro. Por tanto, de ser real su repugnancia, no formaría parte de un Gobierno que, lejos de atender al sufrimiento de las víctimas del terrorismo castrista, trata de justificarlo y le ofrece diálogo y esperanzas.

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