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Tibor R. Machan

Los líderes del mundo libre torpedean la libertad

Pero la oposición del Gobierno de Estados Unidos a terminar con el proteccionismo es una flagrante hipocresía. Un país libre que no permite que sus habitantes intercambien libremente con extranjeros es una gravísima contradicción.

Como informó el New York Times el 30 de julio, Estados Unidos fue una de las tres grandes economías, junto con China y la India, que impidió la eliminación e inclusive la rebaja de sus subsidios agrícolas durante la negociación de la Ronda de Doha. Es una vergüenza que Estados Unidos se haya convertido en un país donde los proteccionistas ejercen inmenso poder político.

Durante más de un siglo se llamó a Estados Unidos "líder del mundo libre". Eso significaba que los habitantes de este país gozaban y apoyaban la libertad individual para toda la humanidad. En la Declaración de Independencia, Thomas Jefferson y otros próceres fundadores dejaron claro que la libertad individual es un derecho humano fundamental no sólo para quienes viven en Estados Unidos. El derecho a participar en libre intercambio con cualquier otro que también quiera hacerlo, viva donde viva, fue considerado un derecho inalienable; el Gobierno de Estados Unidos fue constituido para defender y hacer respetar esos derechos.

Una implicación directa es el derecho a participar en intercambios pacíficos con cualquier otro ser humano. Si usted quiere vender una casa, un automóvil o un caballo, busque a alguien interesado en comprarlo; su derecho a la libertad significa que nadie puede impedir hacer la transacción. Si alguien lo impide es un delincuente.

Es quizás comprensible que China apoye esa violación a la libertad. Por su parte, la India nunca ha sobresalido en la defensa de los derechos individuales. Pero la oposición del Gobierno de Estados Unidos a terminar con el proteccionismo es una flagrante hipocresía. Un país libre que no permite que sus habitantes intercambien libremente con extranjeros es una gravísima contradicción. Los representantes de Estados Unidos en la Organización Mundial del Comercio deben admitir públicamente que le han dado la espalda a la Declaración de Independencia y la Declaración de Derechos para apoyar a un sistema de comercio mercantilista, impuesto por el Gobierno federal para beneficio de los favoritos del régimen. Ese es exactamente el sistema que los padres de la patria quisieron eliminar.

Al mismo tiempo, Washington sigue insistiendo en que la libertad favorece a todo el mundo, incluyendo a Irak, por lo que tenemos que arriesgar la vida de tantos de nuestros jóvenes para que se logre la libertad en el Medio Oriente. Pero simultáneamente a estos mismos líderes políticos no les interesa para nada la libertad, especialmente aquella de millones de agricultores y campesinos extranjeros que dependen de la libertad de exportar el producto de su trabajo. Ante tal realidad es muy difícil tomar en serio que Washington esté dedicado a la lucha por la libertad en el mundo, cuando lo que más les interesa es proteger perversamente los intereses de ciertos y determinados grupos.

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