Menú
Carlos Semprún Maura

Morir en verano

Claro que no olvido que la URSS ha desaparecido por completo y que defenderla contra Solzhenitsin, como en Francia hicieron tantos, y no sólo Miterrand, ya no tiene sentido; es sólo nostalgia.

"Estoy convencido de que lo más importante no es lo que dice Solzhenitsin, sino que pueda decirlo. Y si lo que dice daña al comunismo, el hecho de que pueda decirlo le sirve mucho más", declaró el cínico de François Miterrand cuando el primer tomo de Archipiélago Gulag se publicó en Francia en 1974 y desató una portentosa polémica. Sofisma cínico y canalla, puesto que sabía perfectamente que el manuscrito había salido clandestinamente de la URSS, donde su publicación estaba, por supuesto, prohibida. Por aquel entonces Solzhenitsin no podía decir nada en la "patria de los trabajadores" salvo clandestinamente. Pero eran los tiempos de la "unión de la izquierda" con los comunistas, y esto explica la infamia.

Recuerdo esta siniestra anécdota –y muchas otras– mientras se celebra en Moscú el sepelio de Alejandro Solzhenitsin, entierro muy oficial aunque también popular. Ayer estuvieron en la capilla ardiente el primer ministro Putin y el ex Gorbachov, quien había olvidado cómo había insultado al escritor. Hoy es el presidente Medvedev quien conduce el cortejo fúnebre. Muerto, Solzhenitsin se convierte de rebelde a personaje oficial. Bueno, en realidad desde su vuelta a Rusia en 1994, la situación del escritor, crítico feroz del comunismo, del socialismo y de sus gulags, había cambiado radicalmente. Rusia también.

Debo reconocer que las reacciones en Francia ante esta muerte han sido bastante decentes. El primo hermano de El País, el vespertino Le Monde, le ha dedicado muchos más comentarios que el "periódico de la mentira global", que ha publicado lo mínimo. Y no sólo Le Monde, Le Figaro, Libération etc. También France 2, la cadena de tele estatal, ha comentado la vida y obra del ruso y ha transmitido el excelente reportaje que Bernard Pívot realizó en su casa de Vermont (EE.UU) hace ya ¡20 años! Pero el hecho de que los medios le hayan dado importancia con motivo de su muerte no quiere decir en absoluto que yo comparta las opiniones expresadas, pero como tengo la intención de escribir mi propia "cagadita" al respecto, lo dejaremos para luego.

Claro que no olvido que la URSS ha desaparecido por completo y que defenderla contra Solzhenitsin, como en Francia hicieron tantos, y no sólo Miterrand, ya no tiene sentido; es sólo nostalgia. Tampoco olvido que cuando un famoso muere, la costumbre impone que se arrinconen las críticas y los insultos para privilegiar los cumplidos y los pésames solemnes y tantas veces hipócritas. No han faltado en esta ocasión. Pero es lógico, pues Solzhenitsin no puede suscitar la unanimidad, es demasiado importante.

¿Sabían que los Juegos Olímpicos van a celebrarse en Pekín?

En Internacional

    0
    comentarios