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Agapito Maestre

El reposo del reposo

Quizá esto sea pedir demasiado, pues si el señor Rajoy no salió cuando ETA mató a dos ciudadanos en la T-4 y prefirió quedarse calentito en su refugio de navidades, cómo íbamos a exigirle ahora que abandonase las vacaciones de verano.

Mientras Zapatero hace política, Rajoy sigue de veraneo. Esto no es una broma. Es, en verdad, un asunto serio. Si la política española, más mala que buena, es cuestión de líderes, entonces si falta uno sin razón justificada, es para tomárselo a cara de perro y afearle la conducta a Rajoy y todo el equipo dirigente del PP. No es lo mismo, ni mucho menos, que comparezca la señora Mato que el señor Rajoy, con todos mis respetos personales hacia la primera, para contestar a las declaraciones de Zapatero.

Sí, sí, tiene mucha importancia, muchísima, que el señor Rajoy no haya comparecido para responder a Zapatero. Es un ejemplo, uno más entre cien, de la cerrazón mental que vive hoy la derecha española para hacerse cargo de que el Gobierno socialista nos conduce a una tragedia de dimensiones desconocidas en la historia de España.

La derecha española no quiere enterarse de que la actual crisis económica va de la mano de una de las crisis morales más graves que ha sufrido la sociedad española en el último siglo. Es como si no quisiera enterarse, o le faltasen entendederas suficientes, para hacerse cargo de que la crisis económica, por grave que sea, quizá pueda salirse, pero de lo que no se saldrá tan fácilmente es de la crisis institucional creada por Zapatero con el Estatuto de Autonomía de Cataluña y el reparto de las miserias al resto de comunidades autónomas. Si los dirigentes populares fueran conscientes de la gravedad de las crisis de España, tendrían a todo el partido movilizado, amén de haber abandonado ya, definitivamente, la ridiculización de los ministros y dirigentes del PSOE. ¿Parece que los del PP sólo fueran capaces de reírse y hacer chistes fáciles de Leire Pajín o de José Blanco, por favor, como si ellos fueran mejores? Me cuesta ver la superioridad de unos sobre otros Ya está bien. Señores del PP, por favor, hagan política y déjense de exhibiciones verbales sobre lo malo que son los otros.

Rajoy, tome ejemplo de Zapatero. Éste ha abandonado por unas horas sus vacaciones para decirnos que todo va bien. La economía europea no sólo va peor que la española, según el presidente, sino que el Gobierno de España tiene medidas más eficaces que el resto de Europa para controlar la crisis. Su discurso apenas ha variado, según la cínica actitud de Zapatero, la de la campaña electoral. Seguramente, dirán todos ustedes, esa palabrería de Zapatero es mentira. Vale. Pero nadie podrá dejar de reconocer que es suficiente, por desgracia, para ganarle a esta derecha indolente y remisa, chistosa y acomodaticia, que no se atreve a proponer medidas que le rompan la columna vertebral a un Gobierno populista. Naturalmente, para hacer propuestas serias y contundentes, propuestas que lleguen fácilmente a millones de votantes, primero el señor Rajoy tendría que estar permanentemente en la brecha, por ejemplo, tendría que haber salido a la palestra ayer mismo para enmendarle la plana a Zapatero.

Creo que lo genuinamente político, otra cosa es lo correctamente político, es que hubiera comparecido Rajoy. Ya sé, ya sé que quizá esto sea pedir demasiado, pues si el señor Rajoy no salió cuando ETA mató a dos ciudadanos en la T-4 y prefirió quedarse calentito en su refugio de navidades, cómo íbamos a exigirle ahora que abandonase las vacaciones de verano. Mientras las crisis institucional, económica y moral hunden a España, la política ha quedado reducida a eso: por un lado, Zapatero se toma un respiro, o sea, un reposo por unas horas del reposo veraniego, y le da un poco de carnaza a los suyos; y, por otro lado, Rajoy se fuma un puro en Galicia, o quizá, quién sabe, en México.

Eso es todo. Tristeza.

En España

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