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Dennis T. Avery

Carlos de Inglaterra, príncipe del hambre

Más realista es el secretario de Bienestar del estado indio de Bihar, Vijay Prakash, quien dice que la gente debería comer ratas para aumentar su consumo de proteínas.

El príncipe Carlos de Inglaterra denuncia los alimentos genéticamente modificados, la clave para producir la comida requerida por una población mundial cada día mayor y con creciente poder adquisitivo. El príncipe debería saber que, gracias a la ciencia, desde que él nació la producción de grano se ha triplicado, pasando de 700 millones de toneladas anuales a casi 2.100 en la actualidad. Tal logro no fue alcanzado por la élite de granjeros orgánicos como él, que sigue produciendo menos de la mitad por cada hectárea sembrada que la agricultura convencional.

El Dr. Norman Borlaug recibió el Premio Nobel de la Paz en 1970 por desarrollar las semillas de alto rendimiento que provocaron la Revolución Verde de los años 60. Sin la triplicación lograda en la productividad de las siembras, no solamente habrían muerto de hambre mil millones de personas, sino que otros cuantos millones habrían fallecido en guerras, epidemias y enfermedades causadas por el hambre.

El príncipe Carlos afirma que la biotecnología "no ha aumentado el rendimiento de las siembras". ¡Absurdo! Para empezar, la resistencia de los cultivos de algodón a enfermedades lograda por la biotecnología incrementó en 33% la producción de las tierras dedicadas en China y la India a esas cosechas. Y eso, a su vez, permitió dedicar inmensas áreas a otros cultivos. En África, el maíz genéticamente modificado logra cosechas cuatro veces más grandes y, además, requiere mucho menos insecticidas para combatir los parásitos que suelen invadir las raíces de las plantas de maíz. De manera similar, las nuevas variedades biotécnicas del arroz, col y trigo requieren la mitad de fertilizantes de nitrógeno para proporcionar las mismas cosechas. Esto reduce el coste de esos alimentos y no se contaminan los ríos y lagos cercanos. Ya se habla del desarrollo de un maíz similar.

Si la gente y los animales requerirán el doble de alimentos para el año 2040, que el príncipe nos explique cómo se va a lograr eso con la muy baja productividad de las siembras orgánicas. Estos cultivos están limitados por la escasez mundial de estiércol. El mundo necesitaría millones de cabezas de ganado adicionales para generarlo. Para ello habría que talar bosques y sembrar pasto para alimentar al ganado.

¿Cómo explicaría el heredero del trono de Gran Bretaña a sus compatriotas que para que haya suficiente comida para la gente tendrían que dejar de alimentar a sus perros y gatos? Más realista es el secretario de Bienestar del estado indio de Bihar, Vijay Prakash, quien dice que la gente debería comer ratas para aumentar su consumo de proteínas y para que los roedores no acaben con el trigo. Larga vida a la Reina Isabel.

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