Menú
Carlos Rodríguez Braun

Corbacho sacrifica y Zarrías insufla

Ahora sí que entendemos lo que ansía don Gaspar: que la conciencia popular acerca de los disparates económicos socialistas se condense, lucue o disuelva.

El ministro de Trabajo, perdón, Celestino Corbacho, rechazó la moderación salarial porque generaría "conflictividad" y aportó una solución salomónica: "Hay empresas que están registrando balances con unos beneficios muy potentes, por tanto, habrá que hacer sacrificios en las dos direcciones". Gaspar Zarrías, vicepresidente y consejero andaluz, se defendió de las acusaciones de pasividad lanzadas contra el Gobierno del sempiterno Manuel Chaves y afirmó que la Junta ha adoptado medidas "que permitieron insuflar a la economía andaluza una cifra que llega a casi los 6.000 millones de euros".

Si ante una crisis económica los precios no son flexibles a la baja, sucede que los oferentes de bienes y servicios no pueden venderlos, y los propietarios del trabajo tampoco. Es decir, lo que el señor Corbacho está recomendando es que aumente el paro. Su teoría del sacrificio revela el objetivo básico del poder político: que se sacrifiquen otros, sobre todo aquellos que las autoridades puedan estigmatizar en su beneficio, como sucede con los empresarios. El poder, jamás.

Y jamás ha pensado Gaspar Zarrías que los recursos públicos son siempre originalmente privados. Si lo hubiese hecho, no habría utilizado la metáfora médica de "insuflar", porque es evidente que lo que hacen los políticos no es insuflar recursos nuevos y originales. Como todo lo que gastan se lo han quitado antes a los ciudadanos, la metáfora correcta es la que usa Anthony de Jasay en El Estado: batir (churn), es decir, mover y revolver alguna sustancia para que se condense o licue o disuelva. Ahora sí que entendemos lo que ansía don Gaspar: que la conciencia popular acerca de los disparates económicos socialistas se condense, licue o disuelva.

En Libre Mercado

    0
    comentarios