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Fabián Fernández de Alarcón

Para cuando objete usted, señor Rajoy

Esté usted tranquilo y tranquilice a su señora de mi parte, que llevamos casi 40 sentencias y muchos más autos, en su mayoría de medidas cautelares, que nos dan la razón en Andalucía, en Castilla La Mancha, en Aragón, en La Rioja e incluso en Asturias.

En la entrevista publicada el pasado domingo en El País, Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular, declara entender perfectamente las motivaciones de los objetores de conciencia a Educación para la Ciudadanía, pero incluso va más allá. Entiende que en el caso de EpC sí está justificado objetar, que le importa la educación de sus hijos y "hay cosas que no me gustan. Y si puedo objetar, porque es un derecho que existe y que me asiste, lo voy a hacer".

¡Bienvenido al club, Don Mariano! Ya somos más de 44.000 los objetores conocidos a dicha asignatura, porque en efecto porque nos importan nuestros hijos, y en efecto por que EpC no nos gusta. Y no nos gusta porque pretende formar la conciencia moral de nuestros hijos, porque se articula como un conjunto de cuatro asignaturas adoctrinadoras que imponen obligatoriamente una concepción de la vida, de la sociedad, de la familia, de los valores, con la que no estamos de acuerdo.

Pero ándese con cuidado, don Mariano. Dado que desconozco dónde estudian sus hijos, me veo en la obligación de hacerle algunas advertencias. Si están escolarizados en Andalucía o Galicia, o en cualquiera de las comunidades autónomas actualmente gobernadas por el PSOE, dé usted por seguro que su hijo será suspendido. Probablemente no tenga consecuencias, porque la LOGSE y la LOE permiten pasar con varios suspensos, e incluso obtener el título de graduado escolar al final de la ESO. Pero es desagradable tener que explicar al hijo que de ese suspenso (y no de otros) hay que estar orgulloso. El problema es que a veces no se conformarán con suspenderle, sabe usted: en Andalucía algún cargo público y la propia CEAPA piden pena de cárcel para usted, en Cataluña incluso alguno sugiere que es usted un rebelde civil, en Aragón o Extremadura llamarán a su hijo "dogmático intransigente" y le prohibirán hablar en la tutoría "por ser católico" (declaraciones y hechos reales, no es ficción). He de comentarle, Don Mariano, que en Galicia, Castilla-La Mancha y Andalucía está habiendo una valiente y comprometida labor del PP en su labor opositora, denunciando en los correspondientes parlamentos regionales el carácter adoctrinador de la asignatura y apoyando a los padres.

Si están escolarizados en La Rioja, estése tranquilo porque el Gobierno autonómico del Partido Popular acaba de comunicar a los padres que tienen derecho a objetar en conciencia y que sus hijos no serán obligados a entrar ni serán suspendidos, mientras dependa de su administración hasta sentencia en firme del Tribunal Supremo.

Pero si están escolarizados en la Comunidad Valenciana, debería pedir explicaciones a su compañero de partido Font de Mora, consejero de Educación, porque yo no estoy seguro de entenderle. En principio se ha articulado una "Opción B", aunque sólo para 2º de ESO, con lo que su hijo estará vendido en los demás cursos; aunque no, porque puede hacer un trabajo; pero sí, porque está recurrido en el Tribunal Superior de Justicia de la comunidad; aunque no, porque se impartirá en inglés y no se enterará de nada; pero sí, porque muchos centros y profesores se han negado a impartirla en esa lengua y las editoriales a publicar los textos; aunque no, porque la Opción B ha sido suspendida por el máximo tribunal valenciano, por lo que Font de Mora dice ahora que suspenderán; en fin, un lío. Le recomiendo, por tanto, que su hijo objete y no asista a ninguna clase de EpC en ninguna de sus opciones ni lenguas: así no correrá riesgo de adoctrinamiento, que es de lo que se trata.

Si está escolarizado en Castilla y León, sepa usted que el consejero de Educación (del Partido Popular), el señor Mateos, le entiende y le respeta, pero comunica a los centros que le suspendan oportunamente. Es lo que tiene el cariño de los cobardes. Mantiene que ellos han adaptado los contenidos, pero oculta que han sido recurridos por el Ministerio, precisamente por pulir los contenidos ideológicos, no siendo competencia autonómica. Y ¡cuidado!, si presentó usted su objeción a lo largo del año pasado, le habrán hecho un requerimiento durante este verano, estando usted de vacaciones en Pontevedra, para que se le pasen los plazos para recurrir y dejarle vendido. Lo que le habrán requerido es que justifique que su hijo es suyo (sí, no se ría, no es una ofensa a su señora) y que está escolarizado en el centro donde objeta. Vamos, es como si para empadronarse le piden a uno copia del padrón. ¡Tiene bemoles! Ese tipo de artimaña la vimos el verano pasado en Castilla-La Mancha y Andalucía, y evidentemente no se sostuvo.

Algo similar le ocurre si su niño estudia en Navarra: el consejero le quiere y le aprecia, y hasta objetaría como usted, pero le deja vendido ante los leones para que "pierda" usted sólo la batalla. Tenga usted por seguro que rechazarán su objeción y tendrá que acudir a la vía judicial, como en el resto de los casos.

Si está escolarizado en Madrid o Murcia, mantenga su objeción. La consejería correspondiente le apoya, le comprende, le dice que no se preocupe que no le obligarán a entrar en clase ni será evaluado. De hecho acaba de confirmarlo la consejera doña Lucía Figar, en consonancia con lo ya declarado por doña Esperanza Aguirre, presidenta autonómica. Parece que admitirán su objeción como en La Rioja y darán la debida atención a su hijo. Pero de las palabras a los hechos hay aún algo de distancia, porque así llevamos un año y... nos siguen comprendiendo. Aguante un poco que con suerte de aquí a que empiece el curso tal vez se lo comuniquen convenientemente en orden, circular o decreto a los centros, y entonces su Consejería de Educación se habrá posicionado en defensa de los derechos de conciencia y de la libertad ideológica y de educación. Pero por ahora, aguante su objeción, don Mariano, y que su hijo no entre en clase.

Poco más le puedo decir. Esté usted tranquilo y tranquilice a su señora de mi parte, que llevamos casi 40 sentencias y muchos más autos, en su mayoría de medidas cautelares, que nos dan la razón en Andalucía, en Castilla La Mancha, en Aragón, en La Rioja e incluso en Asturias.

Por último, no quiero dejar de advertirle que no se crea que va a recibir más apoyo moral si su hijo está en un centro privado o concertado, o de ideario católico. Por desgracia, no es necesariamente así, los padres nos hemos quedado muy solos en esta batalla por nuestra libertad y por el alma de nuestros hijos. De hecho, en muchos centros adscritos a FERE (Federación Española de Religiosos de la Enseñanza) le invitarán a declinar la objeción, la guardarán en el cajón sin cursarla, le amenazarán con el suspenso y la no titulación (algo que como ya le he dicho es falso en Primaria y Secundaria) y le invitarán a sacar a sus niños del centro por estar objetando al ideario, ya que supuestamente van a adaptar la asignatura al mismo, no sabemos en virtud de qué derecho, cuando en realidad ni a las autonomías les está permitido, y tendrían que hacerlo contra las amenazas de sindicatos y cuerpo de inspectores. Si su hijo está escolarizado en un centro religioso católico, es posible que intenten obligar a su hijo a entrar (vulnerando su derecho y deber como padre), que le pongan de cara a la pared (como algún centro de Valladolid o Cáceres) y que le llamen de todo.

Don Mariano, mucho ánimo. Esta es una lucha dura, pero parte del trabajo está ya hecho. Y no está usted sólo, somos ya muchos los padres, agrupados en casi 60 plataformas, y multitud de instituciones de la sociedad civil como Profesionales por la Ética, los que estamos comprometidos en esta tarea tan hermosa. Si tiene usted algún problema como los referidos (con su centro, con el profesor o con la administración) no dude en acudir a la red de abogados y procuradores que de manera generosa y desinteresada hemos articulado por toda España.

¡Adelante, Don Mariano, y ni un paso atrás en la defensa de la libertad de educación! Nos jugamos mucho.

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