Fue tal la sorpresa que causó la elección de la gobernadora de Alaska, Sarah Palin, como compañera de fórmula de McCain que los análisis y comentarios sobre el show mediático montado por los demócratas en su convención se frenaron en seco. La prensa mundial paró su minucioso examen del discurso de Obama después de su postulación y se volcó a comentar sobre la bella Sarah. La selección de la joven gobernadora como candidata a la vicepresidencia es un acierto. Como dijo el mismo McCain, "ella es lo que el partido necesita", una persona que representa en el Partido Republicano lo que Obama representa en el Demócrata; Sarah tiene toda la frescura política, el carisma y la juventud que le hacía falta a la campaña republicana.
Palin, quien fue alcalde de la pequeña población de Wasilla en Alaska y luego gobernadora de ese estado, no está manchada con las intrigas políticas de Washington. Además, con ella, McCain le da la oportunidad a una mujer de llegar a la vicepresidencia, algo que las mujeres de Estados Unidos han reclamado por décadas y que muchas –de las que se sintieron defraudadas con el fracaso de la candidatura de Hillary Clinton para la presidencia– le agradecerán con su voto.
Sarah Palin es una mujer de principios arraigados. Siendo defensora de la vida de los nonatos, se negó a que se le practicara un aborto, aun a sabiendas de que su hijo tendría problemas al nacer. Hoy considera que su niño, quien tiene síndrome de Down, es perfecto. La candidata es una triunfadora, es piloto de avioneta y cazadora. También ha demostrado su capacidad ejecutiva con obras de gran magnitud. Como gobernadora logró la construcción del gasoducto TransCanada Alaska, de suma importancia para Estados Unidos.
Sin embargo, su postulación no deja de tener algunos riesgos para el Partido Republicano. Las mujeres en Estados Unidos no han podido romper el techo de cristal que les impide llegar a los puestos más importantes del país. Sabemos del fracaso de la candidatura de Hillary y, años atrás, el de Geraldine Ferraro para la vicepresidencia. Muchos dirán que Sarah no tiene gran experiencia en gobierno. Tampoco la tiene Obama y poco le ha importado eso al pueblo norteamericano.
Personalmente apuesto por esta interesante mujer. Creo que hará un buen equipo con McCain: él tiene madurez y experiencia; ella, juventud e ímpetu. Así, los republicanos que le abren la puerta grande a una fémina, cuando los demócratas se la cerraron. ¡Ya era hora!