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Amando de Miguel

La Gramática puede ser entretenida

He escrito antes lo de guglear y ya sé que los libertarios puristas van a protestar. Se podría decir también goglear o el imposible googlear. Pocos discutirán que google es la marca comercial con más éxito de nuestro tiempo.

Carmen Quirós se confiesa "militante antisexista" (ignoraba yo que existiera esa militancia) y opina que le "parece una solemne estupidez esta moda imperante –que solo denota ignorancia– de desmelenarse con el asunto del género (en el sentido del sexo que se confiere a las cosas)". Doña Carmen opina que, en contra de lo que dicen muchas militantes feministas, el lenguaje es feminista. Así, "todas las cosas grandes e importantes, salvo unas pocas, son femeninas: la vida, la muerte, la eternidad, la filosofía, la matemática, la física, las artes, la maternidad, la paternidad, las galaxias, las estrellas, las normas, las leyes y se dejan lo masculino para lo más concreto: el nacimiento, el fallecimiento, etc.". En resumen, "lo grande es femenino y lo concreto masculino".

El razonamiento es ingenioso, pero admite tantas excepciones que no se puede inferir una mínima regularidad. El universo, el firmamento, los astros, los continentes, los mares y los ríos, los árboles, los volcanes, entre otros muchos elementos naturales son masculinos, lo cual nada tiene que ver con la especial dignidad de uno u otro sexo o género. Cierto es que las ciencias suelen ser femeninas, quizá por la razón de que los antiguos grecorromanos asignaban esos saberes a unas deidades femeninas llamadas "musas". Es un puro azar el hecho de que las cosas o las abstracciones lleven en español un signo masculino o femenino, En esa adscripción pesa mucho el origen latino de las palabras, o si la terminación es en <o> o en <a>. Por ejemplo, "el átomo" o "la molécula". Caben vacilaciones divertidas como "el ordenador" o "la computadora". El primer término se refiere en el dialecto español de España, el segundo domina en los dialectos americanos. Como es sabido, en inglés no asigna un género a las cosas inanimadas, pero, excepcionalmente, los barcos, los aviones y otros vehículos suelen ser femeninos, al igual que los países. Nosotros tenemos variaciones un tanto caprichosas, como el Portugal o la Francia, el buque y la nave. Puestos a buscar paradojas, "el feminismo" es masculino, más que nada por su terminación en <o>. Tampoco es una regla consecuente. Así, "el problema", "el idioma" o "la radio", para desesperación de algunos estudiantes de español que provienen de otros idiomas. Nada, doña Carmen, que no hay forma de concluir que nuestra lengua sea machista o feminista. Vaya el recuerdo de que Carmen es tanto "verso" como "jardín", ambas voces masculinas, Por eso decimos "Nuestra Señora del Carmen".

José Mª Navia Osorio se una a la polémica sobre la utilidad de las formas alargadas, que suelen ser retóricas, pero que a veces pueden suavizar el discurso. A este respecto don José Mª aduce la historia de "un paisano que, cuando se cambió el ite, missa est por iros, la misa ha terminado, se enfadó a causa de la brusquedad de la frase". Recuerdo que es un ejemplo más de lo que he llamado aquí el "imperativo mitigado". Dado que el tiempo imperativo de dos verbos puede resultar brusco o autoritario, las reglas de la buena educación inventaron formas suavizadas para mitigar esa brusquedad". Por ejemplo, no es lo mismo la orden de "cierre la ventana" que "¿no te importaría cerrar la ventana?" o "habrá que cerrar la ventana". Ya el imperativo vulgar "iros" es más suave que el "idos" (que no sé si es correcto). Las formas imperativas con el verbo en infinitivo resultan más agradables.

La curiosidad de don José Mª le ha llevado a guglear (el neologismo lo pongo yo) la biografía de un asiduo libertario, José Antonio Martínez Pons. Resulta que don José Antonio escribe indistintamente en mallorquín y en castellano sobre temas científicos y de la más diversa índole. Desde luego, las aportaciones del mallorquín a este corralillo de las palabras resultan divertidas, ingeniosas y documentadas.

Don José Mª comprueba en la práctica médica la definición que yo daba de inteligencia como "saber relacionar las cosas con sentido" y, por tanto, aprender". No solo en Medicina –pienso yo–, sino en los más diversos aspectos de la vida. Es más, mi experiencia me lleva a concluir que la inteligencia así definida poco tiene que ver con la cantidad de años de estudio. Esa es una mala conclusión para nuestro sistema educativo.

He escrito antes lo de guglear y ya sé que los libertarios puristas van a protestar. Se podría decir también goglear o el imposible googlear. Pocos discutirán que google es la marca comercial con más éxito de nuestro tiempo. Hay varias teorías sobre el origen de esa marca comercial, El matemático Edward Kasner inventó el término googol para la unidad seguida de cien ceros, prácticamente, el infinito. Luego está la voz google, onomatopeya del inglés antiguo para designar la "nuez" (cartílago del tiroides en el varón adulto, símbolo de la virilidad), o "manzana de Adán", que se dice en inglés coloquial.

Ignacio de Despujol (Valdemoro, Madrid) se plantea por qué se diceconmigoy no "sintigo". Lo ignoro, pero es claro queconmigo, contigo o consigoson formas correctas; tanto que no debe decirse "con mí", "con ti" o "con sí". Supongo que es una herencia del latín:mecum, tecum, secum. Esecum, junto a los pronombres singulares, no tiene la equivalencia ensine; por tanto tampoco se vierte al español.

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