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Martín Higueras

La suerte, esta vez, estuvo del lado de Alonso

Con suerte o no, Alonso ha sido el más centrado este domingo. Se aprovechó de una suerte que le fue esquiva el sábado para después ser de lo más rápidos sobre el asfalto de Singapur.

Creo que ver la cara de Alonso dirigiéndose a Flavio Briatore en la sala de pesaje refleja claramente los sentimientos del piloto español. Por lo menos es lo que me ha parecido. Por un lado, la satisfacción de haber ganado y por el otro un cierta insistencia en que la suerte estuvo esta vez de su lado gracias a la salida del primer safety car cuando pocas vueltas antes había entrado a boxes a repostar. Una manera, digamos, de llamarle la atención a su jefe. Pero éste no parece haberse dado por aludido a juzgar por la entrevista después de la carrera. Para él, de suerte nada.
 
Pero ya lo he dicho varias veces en los últimos años: para aprovecharse de la suerte hay que estar ahí. Le sucedió increíblemente a Piquet en Hockenheim logrando el primer podio del año para Renault. Ahora otra vez el safety car ha sido decisivo y "gracias" a un desastrosa Q2 en las clasificaciones, Alonso optó por una estrategia para lograr el máximo rendimiento en las primeras vueltas. Pese a eso, sólo consiguió pasar a 3-4 coches para después quedarse estancado detrás de Nakajima. Pero entró en el momento perfecto con la suerte de que después sería su compañero Piquet el que provocaría la salida de un safety que le dio todas las posibilidades de al menos, optar por el podio.
 
Pero claro, el safety no lo es todo. Ya como líder, Alonso comenzó a rodar tan bien como los equipos punteros e incluso aumentando sus diferencias. Por lo tanto gran parte de esta victoria se la debe Alonso a la suerte, es verdad, pero también debemos tomar en cuenta que el R28 y las manos del piloto hicieron gran parte del trabajo. Y por si eso no fuera poco, la buena suerte del español se unió a la mala de Massa en su entrada a boxes. Es obvio que la culpa no es suya ni mucho menos, aunque tampoco podemos dejar de recordar los grandes problemas que tienen desde que Jean Todt y sobre todo Ross Brawn dejaron la casa italiana.
 
Dejando de lado la gran noticia que representa la victoria de Alonso, tengo que serles sincero. Además de las vueltas en las que todo fue un caos, lo cierto es que éste circuito no ofrece nada además de espectacularidad estética. Es más, ni siquiera se parece a Mónaco. Hay un solo lugar para adelantar y tampoco es tan evidente. Creo que la salida del túnel en el principado es aún más clara para esa maniobra. No lo sé, pero me temo que vamos a tener que aguantar este gran premio durante muchos años. Porque claro, imagínense si el safety car no hubiera hecho acto de presencia. El aburrimiento hubiera sido aún peor. Para suerte de muchos, las precipitadas entradas a boxes le dieron algo de interés y nada más.
 
Esto último asunto me lleva a tocar rápidamente el absurdo cierre temporal de los boxes para reagrupar el pelotón. Ya lo dije hace varios meses después del GP de Canadá. Esa vez fue otro el perjudicado pero el mismo Alonso ha visto algunas carreras completamente destruidas por ese elemento. Es más, me atrevería a decir que si la dirección de carrera no impidiera entrar y repostar, el espectáculo sería aún mejor. ¿Acaso no se trata de eso? ¿Acaso no es por eso que nos traen circuitos como Valencia y Singapur, una de ellas de noche? Que cada equipo y piloto decida cuándo entrar o si cree conveniente seguir en pista (si tiene la gasolina suficiente). El caso hoy de Barrichello podría haberle pasado a otros también. Y claro, cuando algún piloto entra sufre la penalización de un stop & go de 10 segundos pero 10 vueltas después de ocurrido. Es gracias a eso que Rosberg pudo tirar y salir por detrás de Alonso. Si la sanción se hubiera impuesto a tiempo (poco había que investigar la verdad), el alemán no hubiera estado ni cerca al podio.
 
Varias conclusiones. La primera es que, con suerte o no, Alonso ha sido el más centrado este domingo. Se aprovechó de una suerte que le fue esquiva el sábado para después ser de lo más rápidos sobre el asfalto de Singapur. Y sin duda que pese a ser tercero, el gran beneficiado de la horrorosa carrera de Ferrari fue Lewis Hamilton. Ahora es más líder cuando faltan aún tres grandes premios. Pero claro, visto lo visto en 2007 yo no apostaría por él y creo que por nadie.
 

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