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Carlos Semprún Maura

El baile de las locas

Rioufol denuncia las contradicciones de Sarkozy quien, a veces, parece haberse convertido a las teorías socialburócratas del "Estado total" y en otras ocasiones defiende el liberalismo.

Hace ya muchos años, Jean Cocteau, hablando por televisión de sus películas, aludió a su manera de financiarse y dijo algo que me interesó (cito de memoria): "Yo soy de familia burguesa y cuando hablamos de dinero hay que ponerlo sobre la mesa; en cine, nunca. Se firman letras, se obtienen créditos, se trasladan fondos de un banco al otro, pero jamás nadie pone un franco sobre la mesa". Esta economía virtual, digamos, le permitió, sin embargo, realizar sus películas, que a mi nunca me entusiasmaron. Las encuentro demasiado infantiles o bobaliconas. ¿Quién puede emocionarse con el ángel Heurtebisse?

Aun así, esa economía "virtual", si bien a veces produce películas y otras beneficios, también puede producir quiebras. Evidentemente, el coco de las subprime, no lo explica todo: es un pretexto cómodo para atacar, una vez más, a los Estados Unidos. Como nos lo recuerda Yvan Rioufol, citando al economista Pascal Salin, estas hipotecas fueron un proyecto del Gobierno federal norteamericano para procurar alojamiento a gente humilde. Y como ocurre en Estados Unidos (también con la NASA, por ejemplo), se puso de acuerdo con empresas privadas para realizar el proyecto, pero fracasaron.

Claro que también existen otros problemas, como el aumento vertiginoso del precio del petróleo y de ciertas materias primas, pero cuando estos precios han disminuido, la crisis ha persistido. No hay por qué asustarse: es una crisis más, ya las hubo y las habrá. Ni la economía ni las finanzas son ciencias exactas.

En su excelente columna del viernes en Le Figaro, Yvan Rioufol, sin emplear las mismas palabras, ilustra la celebre fórmula de Ronald Reagan: "El Estado no es la solución, es el problema". Y en ningún país europeo es esto más cierto que en Francia, país que sufre de Estado demasiado grande desde 1945. Este hecho sí explica, mucho más que las subprime yanquis, la crisis actual.

Rioufol denuncia las contradicciones de Sarkozy quien, a veces, parece haberse convertido a las teorías socialburócratas del "Estado total" y en otras ocasiones defiende al liberalismo frente a las acusaciones de haber cometido los peores crímenes de la humanidad. Pero lo cierto es que en Francia jamás haya existido ese liberalismo. Incluso cuando se privatiza, el Estado conserva una mayoría, o una minoría, de acciones y, sobre todo, un control real sobre la gestión de las empresas "privatizadas". Todos los Estados parecen haber decidido inyectar sumas colosales en los bancos, para evitar quiebras, lo cual podría resultar peligroso. Pero como hace años que he abandonado el socialismo científico, a favor del pragmatismo (aún más científico), me digo que como medida de urgencia, muy transitoria, puede calamar el pánico. Puede.

Lo curioso es que nadie en Francia, incluso sin hablar de los ejemplos catastróficos de la URSS y de los demás países comunistas, se refiera a las nacionalizaciones del crédito y de los bancos realizada por Mitterand y su primer ministro, Mauroy, en 1981, lo que condujo a este país a una crisis peor que la actual.

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