Teodoro Obiang

Los ataques del dictador Obiang a la prensa española han tenido su eco en la Radio Nacional de Guinea Ecuatorial, controlada por el régimen. La visión que ha difundido la emisora es que "ciertos medios de comunicación españoles" pretendieron "sabotear la normalización de las relaciones entre los dos países". Su balance de la visita oficial de Teodoro Obiang es "positivo" aunque la prensa haya intentado "tergiversar los resultados" "proyectar una imagen deformada de la actual realidad de Guinea Ecuatorial".

El fiscal de la Audiencia Nacional Fernando Burgos remitió hoy un informe a la juez de este órgano Teresa Palacios en el que solicita el archivo de la querella presentada contra el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, quien concluyó su visita oficial a nuestro país, por presunto delito de genocidio. Considera que España carece de jurisdicción para investigarle, por tratarse de un jefe de Estado. La querella está firmada por el ciudadano español Jaime Urgell a iniciativa de Francisco Fernández, abogado en Madrid del presidente del autoconstituido Gobierno de Guinea Ecuatorial en el Exilio, Severo Moto.

El dictador guineano Teodoro Obiang ha dejado ver su verdadera cara durante la inauguración de la Embajada ecuatoguineana en Madrid. Si ya en su primer discurso arremetió contra los partidos políticos y la prensa española por las críticas que ha recibido durante su visita, en la segunda intervención instó a los a que no sean "envidiosos e irracionales". Al término del acto, el dictador invitado por el Gobierno de Zapatero recibió cuatro sobres de un ayudante, eligió uno y dijo a los presentes: "Os he traído un regalo. Os he traído 50.000 euros". Estas palabras motivaron los aplausos y entusiasmo de sus seguidores. Por su parte, el Ministerio de Exteriores ha vuelto a dejar en evidencia al portavoz de Moncloa, Fernando Moraleda.

Un portavoz de Exteriores ha informado de que el Gobierno trasladó al PP, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, el "interés" de Teodoro Obiang en entrevistarse con Mariano Rajoy, como hace "siempre" en estos casos. Esta información se contradice una vez más con lo que afirmó el portavoz de Moncloa, Fernando Moraleda, sobre el asunto. La misma fuente reveló que el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, habló con el responsable del PP en esta materia, Jorge Moragas, el pasado martes, con antelación a la entrevista que mantuvieron Rajoy y Obiang en un hotel madrileño. Por su parte, Rajoy ha dicho que al Gobierno "le dio vergüenza haber traído" a Obiang e insistió en que el Ejecutivo le pidió que se entrevistara con el dictador.

El ministro de Exteriores ha dicho la obligación de España es "ayudar, acompañar e incentivar" a Guinea Ecuatorial en sus reformas, "les guste o no a ciertos sectores" de la sociedad española. Tras las múltiples críticas por la vista del dictador, Moratinos dice que el Gobierno no quiere "desestabilizar un país o un régimen". La oposición democrática guineana le acusa de "complicidad" con la dictadura. Manuel Marín se ha visto obligado a suspender la visita del dictador al Congreso por la oposición de todos los grupos excepto el PSOE. Aunque no estaba previsto, Rajoy sí ha recibido a Obiang y le ha exigido más "gestos" democráticos. El dictador se reúne por la tarde con Zapatero en La Moncloa, pero no habrá la habitual rueda de prensa conjunta.

El Ministerio de Exteriores ha confirmado que solicitó al PP la reunión de Rajoy con Obiang como había explicado Jorge Moragas, algo que según el portavoz de Moncloa, Fernando Moraleda, era "radicalmente falso" y una "manipulación interesada" y demostraba que la "mentira es habitual" en el PP. Tras estas acusaciones, Moragas declaraba a Libertad Digital  que Moraleda "miente o no se entera lo que pasa por encima suyo" y ratificaba la versión del PP. Por si quedaban dudas el PP concretaba que fue el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, el que solicitó la reunión a Moragas. Exteriores lo ha confirmado punto por punto, dejando claro que como señaló Moragas, Moraleda o "miente" o "no se entera".

El dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, no podrá firmar el "Libro de Honor" del Congreso de los Diputados porque su visita ha sido cancelada. La reunión protocolaria de la que participan todos los jefes de Estado que realizan una visita oficial, que debería estar encabezada por el presidente parlamentario Manuel Marín, despertó fuertes críticas entre la mayoría de los partidos a excepción del PSOE. Obiang Nguema se entrevistará con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y cenará con el Rey Juan Carlos. Tras aterrizar en el aeropuerto de Barajas, el dictador fue recibido por unos doscientos seguidores y por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.

El presidente del PP, Mariano Rajoy, se entrevistó con el dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, al que le trasladó que los últimos "gestos" en favor de las reformas democráticas y el respeto a los derechos humanos en la ex colonia española "apuntan en la buena dirección pero son insuficientes". Al término del encuentro, el responsable de Relaciones Exteriores del PP, Jorge Moragas, quien acompañó a Rajoy a la reunión, explicó que el encuentro ha tenido lugar sólo porque así lo solicitó el Gobierno de España y se produce en el marco de una visita oficial del dictador guineano.

El dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, achacó la suspensión de su visita al Congreso de los Diputados a "problemas internos" españoles. Negó que la cancelación de la ceremonia protocolaria haya supuesto un molesto desaire. "No tengo nada que declarar al respecto", dijo a varios periodistas. La polémica visita ha sido aprovechada por varios grupos de exiliados guineanos para exigir al Gobierno español que mantenga una actitud crítica y señale al dictador la falta de respeto a los derechos humanos. Cinco de los opositores han llamado "asesino" a Obiang cuando asistía a depositar una ofrenda floral en el Bosque de los Ausentes. La Policía Nacional tomó nota de sus documentos de identificación.