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Los expertos no creen que la familia cuadrúpeda de Turquía ayude a encontrar el "eslabón perdido"

Los científicos consideran que es muy poco probable que los individuos cuadrúpedos hallados en una aldea de Turquía sean el "eslabón perdido de la evolución humana". La anatomía de estas personas es "muy distinta" de los antepasados del homo sapiens, según el paleobiólogo del Museo de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Antonio Rosas, mostró su escepticismo porque son "anatómicamente iguales" que el resto de seres humanos actuales, con piernas largas y brazos más cortos que los hombres primitivos.

Los científicos consideran que es muy poco probable que los individuos cuadrúpedos hallados en una aldea de Turquía sean el "eslabón perdido de la evolución humana". La anatomía de estas personas es "muy distinta" de los antepasados del homo sapiens, según el paleobiólogo del Museo de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Antonio Rosas, mostró su escepticismo porque son "anatómicamente iguales" que el resto de seres humanos actuales, con piernas largas y brazos más cortos que los hombres primitivos.
L D (EFE) El paleobiólogo se mostró "muy escéptico" acerca de que este descubrimiento aporte "las claves de la transformación evolutiva". Según explicó a Efe, estas personas, incapaces de caminar erguidas, se mueven de manera muy diferente a como se movían los primeros homínidos, ya que resulta "incómodo y afuncional". El ser humano cuadrúpedo era similar anatómicamente al chimpancé y otros primates, y poseía, asimismo, piernas más cortas que facilitaban su movilidad a cuatro patas, así como brazos muy largos con los que se ayudaba para caminar.

Sin embargo, la familia turca posee unos brazos cortos y unas piernas más largas que los hombres prehistóricos, muy similares a los de los hombres actuales. Además, los primeros homínidos apoyaban los nudillos de las manos en el suelo para desplazarse, mientras que los individuos de Turquía "caminan con las palmas de las manos apoyadas sobre la superficie sobre la que se desplazan.


A juicio del científico, se trata de un caso comparable al de "un perro u otro animal que anduviera a dos patas", es decir, ante un síndrome genético que da lugar a una disfunción. Rosas opinó que "es difícil" que una sola mutación genética sea suficiente para provocar cambios tan importantes, y añadió que el descubrimiento quizá pueda revelar nuevos datos sobre la relación de los diferentes sistemas del organismo humano.

Según el experto, un síndrome genético es capaz de provocar disfunciones en distintos órganos y sistemas, de forma que, por ejemplo, una capacidad intelectual reducida sumada a una deficiencia en la articulación del lenguaje podrían haber alterado la función locomotora. "Es probable que los padres de estos individuos no les enseñaran a caminar de forma erguida", indicó.

Por su parte, la catedrática de Anatomía de la Universidad Autónoma de Madrid, Estrella Rausell señaló que este caso podría ser una "mutación puntual" que ha dado lugar a una alteración "singular" como es la de andar a cuatro patas. Además, consideró que el estrechamiento observado en los individuos de una región del cerebelo vinculada a la recepción de información que procede de las extremidades, la vermis, podría ocasionar problemas en el mantenimiento del equilibrio, por lo que se verían obligados a utilizar sus brazos para poder caminar, y que hubieran desarrollado una actitud "comportamental" para adaptarse a su defecto.


No obstante, la catedrática subrayó que debe de haber "algo más" que todavía se desconoce, ya que los cuadrúpedos presentan síntomas de retraso mental y tienen un lenguaje reducido.

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