L D (EFE) En un desayuno organizado por Forum Europa, Rodríguez Zapatero calificó la alianza entre EEUU, Gran Bretaña y España de "coalición de las coaliciones", por lo que "sorprende", dijo, que el presidente del Gobierno pida aclaraciones de los acuerdos entre IU y PSOE. "Yo no tengo ninguna coalición con ningún partido", precisó Rodríguez Zapatero, quien añadió que "lo único que tengo son acuerdos con el PP" y pidió a Aznar una reflexión porque no han sido sólo PSOE e IU quienes han mostrado su rechazo a la guerra y a su posición, sino todos los grupos democráticos del arco parlamentario.
Tras opinar que en sus mítines Aznar también podría hacer mención a la postura de CiU y Coalición Canaria en esta guerra, señaló que tras las elecciones del 25 de mayo habrá que formar gobiernos y alcaldías y "en ese momento veremos y vamos a ver qué ofrece el PP". Zapatero, quien destacó la conveniencia de "un poco de prudencia", sobre todo cuando Aznar se dirige a él, indicó que existe un "riesgo claro" en el PP de "perder el poder y las elecciones" y recalcó que "la altura de un político se ve cuando gana y cuando pierde".
En su intervención, el líder del PSOE se refirió a la guerra de Irak y a lo que a su juicio deben ser los dos principios de la política exterior española: consenso y legalidad internacional. Dijo que no puede haber una política exterior "fiable y creíble" si ésta es de partido, por eso, concretó, es "imprescindible" que exista un proceso de diálogo para conseguir "la recuperación" de la política exterior española, que a su vez debe apostar por la legalidad internacional y por una seguridad democrática global, además de por las relaciones con el Mediterráneo y Latinoamérica.
A este respecto, abogó por relanzar el "proceso de Barcelona" de diálogo entre la UE y el Mediterráneo, iniciado en 1995, y se comprometió, si gana en 2004, a celebrar su décimo aniversario con una Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno. Esta es una de las propuestas concretas para lograr el "equilibrio" de la política exterior, frente a una posición del Gobierno que tachó de "facilona, superficial y de corto alcance". Zapatero también recalcó la actitud de "subordinación" del Gobierno en relación a Estados Unidos y volvió a reiterar el papel protagonista que debe jugar la ONU en la reconstrucción de Irak.
Creyó "muy oportuno" que se abra la participación a países islámicos y árabes para "reconstruir un diálogo sobre el futuro del país y de toda la región" y agregó que la administración de los bienes iraquíes también debe ser tutelada por Naciones Unidas, que además debe terminar sus trabajos de inspección y de destrucción de armas, según Zapatero, que dijo que "sólo el trabajo de éstos bajo la autoridad de Blix podrá determinar la verdad histórica sobre la que se justifica esta guerra" en Irak.
Tras opinar que en sus mítines Aznar también podría hacer mención a la postura de CiU y Coalición Canaria en esta guerra, señaló que tras las elecciones del 25 de mayo habrá que formar gobiernos y alcaldías y "en ese momento veremos y vamos a ver qué ofrece el PP". Zapatero, quien destacó la conveniencia de "un poco de prudencia", sobre todo cuando Aznar se dirige a él, indicó que existe un "riesgo claro" en el PP de "perder el poder y las elecciones" y recalcó que "la altura de un político se ve cuando gana y cuando pierde".
En su intervención, el líder del PSOE se refirió a la guerra de Irak y a lo que a su juicio deben ser los dos principios de la política exterior española: consenso y legalidad internacional. Dijo que no puede haber una política exterior "fiable y creíble" si ésta es de partido, por eso, concretó, es "imprescindible" que exista un proceso de diálogo para conseguir "la recuperación" de la política exterior española, que a su vez debe apostar por la legalidad internacional y por una seguridad democrática global, además de por las relaciones con el Mediterráneo y Latinoamérica.
A este respecto, abogó por relanzar el "proceso de Barcelona" de diálogo entre la UE y el Mediterráneo, iniciado en 1995, y se comprometió, si gana en 2004, a celebrar su décimo aniversario con una Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno. Esta es una de las propuestas concretas para lograr el "equilibrio" de la política exterior, frente a una posición del Gobierno que tachó de "facilona, superficial y de corto alcance". Zapatero también recalcó la actitud de "subordinación" del Gobierno en relación a Estados Unidos y volvió a reiterar el papel protagonista que debe jugar la ONU en la reconstrucción de Irak.
Creyó "muy oportuno" que se abra la participación a países islámicos y árabes para "reconstruir un diálogo sobre el futuro del país y de toda la región" y agregó que la administración de los bienes iraquíes también debe ser tutelada por Naciones Unidas, que además debe terminar sus trabajos de inspección y de destrucción de armas, según Zapatero, que dijo que "sólo el trabajo de éstos bajo la autoridad de Blix podrá determinar la verdad histórica sobre la que se justifica esta guerra" en Irak.