L D (EFE) El enviado de Zapatero, que tenía previsto leer su propia condena en la manifestación, finalmente ha renunciado a hacer uso de la palabra. Los gritos y reproches por la ausencia de Zapatero, que en los últimos meses no ha dejado de faltar a las concentraciones contra la guerra, han hecho que Jesús Caldera se replantease la lectura de ese comunicado. Junto a las críticas de los manifestantes hacia el PSOE también se han escuchado los ataques a IU. Llamazares, que no ha dudado en hacer un uso partidista de las concentraciones por la guerra de Irak, no sólo no ha estado presente en la manifestación contra Castro sino que tampoco ha permitido que alguno de sus compañeros de partido representara a la coalición. Sus simpatías por la "República cubana" han pesado más que la condena a la dictadura. El PNV tampoco ha estado presente en la protesta. Los lazos entre Ibarretxe y Castro siguen vigentes. La plataforma Cultura contra la guera no ha considerado oprtuno decir "No a Castro y su dictadura".
Horas antes de que la madrileña Puerta del Sol acogiera la concentración de las cerca de tres mil personas que han protestado con Castro, el dictador ha tratado de justificar los fusilamientos en la isla. En su intento, Castro se ha llevado por delante hasta a sus amigos, como Felipe González, al que no ha tenido inconveniente en criticar para arropar sus mentiras. En una intervención televisiva, el dictador ha explicado que en Cuba no hay “ejecuciones extrajudiciales” ni tortura, como, según él, ocurrió en algunos países europeos con el caso de las Brigadas Rojas o los terroristas de ETA. “Felipe González, que tanto nos ha atacado en estos días, era el jefe del gobierno español cuando decenas de etarras fueron ejecutados extrajudicialmente. Decir que no conocía nada era una declaración de tonto o cínica”, dijo Castro.
El presidente cubano se refirió también a Aznar para asegurar que, en abril de 1999, “en un momento incierto de la guerra contra Yugoslavia, en un encuentro con el presidente de EEUU, le aconsejó, textualmente: si estamos en una guerra hagámosla completamente para ganar”. Tampoco se libraron de los ataques ni el exilio cubano en Miami, al que calificó de “mafia terrorista” de Miami ni el Gobierno de EEUU. Les acusó de alentar una “conspiración” con la “idea siniestra” de provocar un conflicto armado con Cuba y “liquidar” la revolución.
