L D (EFE) "Me pueden decir que soy chulo e hijo de puta, pero no indisciplinado. Esa fama que se me ha creado de problemático es falsa. Soy un tipo sanguíneo que no actúa con premeditación. Si esperan que abrace a Benítez ante todos para mostrar que la relación es de puta madre, no será así", comentaba el jugador, que ha comparecido a petición propia ante la prensa "para aclarar cosas". El internacional argentino, que se ha reincorporado este jueves al trabajo con el Valencia tras estar en Madrid en los últimos días, ha aclarado que su separación del grupo, decidida por Benítez, se debió a un "malentendido" entre el cuerpo médico y él, que provocó que no acudiera a un entrenamiento de rehabilitación que estaba programado.
"El míster decidió separarme tras un malentendido con el cuerpo médico. Lo acepto pero no lo comparto. Pero lo que me molesta es que se diga que soy un indisciplinado. No lo he sido en mi vida. Agradezco ser como soy, porque mi temperamento me ha dado muchas cosas en el fútbol", señalaba. En este sentido, el jugador argentino ha mantenido una reunión en la mañana de este jueves en Mestalla con el entrenador, con el consejero delegado del club, Manuel Llorente; el director deportivo, Jesús García Pitarch, y el cuerpo médico, en la que Kily se ha "desahogado", como él mismo reconocía a la salida. "Hemos hablado entre hombres, de frente y he aclarado cosas. He sacado todo lo que considero injusto. No tengo nada contra el entrenador. Le respeto y me respeta, y en algunas cosas no coincidimos. Por encima del Kily y de Benítez está el Valencia y su gran afición", añadía.
El interior zurdo argentino recordaba algunos roces que tuvo con el técnico, como el gesto de desprecio en el momento de ser sustituido, y que también se habló de su presunta mala relación con Héctor Cúper, ex entrenador del Valencia. "También se decía que no me hablaba con Cúper y después, cuando se fue al Inter, me pidió. Será porque no soy tan indisciplinado", argumentaba el jugador, quien califica su temporada como "desastrosa". "Me han lesionado dos veces, es muy duro estar cuatro meses parado y encima que salgan los rumores de siempre sobre mi futuro, sobre mi contrato, sobre si juego diferente como local que cuando lo hago como visitante. Aguanto muchas cosas que se dicen con mala intención", señalaba en referencia a la prensa.
Antes de concluir su intervención, que fue un mero monólogo al no admitir ninguna pregunta, Kily González lanzaba un mensaje a la afición: "La gente que me quiere, merece que yo esté bien. Les agradezco mucho su cariño y ojalá siga mucho tiempo aquí. Sé que voy a jugar antes de que acabe la temporada. Me entreno con todas las ganas del mundo porque soy consciente de que soy un jugador importante", indicaba. El interior de Rosario matizaba que su viaje a Madrid lo hizo con conocimiento del club y que allí se trató la rodilla lesionada.
"El míster decidió separarme tras un malentendido con el cuerpo médico. Lo acepto pero no lo comparto. Pero lo que me molesta es que se diga que soy un indisciplinado. No lo he sido en mi vida. Agradezco ser como soy, porque mi temperamento me ha dado muchas cosas en el fútbol", señalaba. En este sentido, el jugador argentino ha mantenido una reunión en la mañana de este jueves en Mestalla con el entrenador, con el consejero delegado del club, Manuel Llorente; el director deportivo, Jesús García Pitarch, y el cuerpo médico, en la que Kily se ha "desahogado", como él mismo reconocía a la salida. "Hemos hablado entre hombres, de frente y he aclarado cosas. He sacado todo lo que considero injusto. No tengo nada contra el entrenador. Le respeto y me respeta, y en algunas cosas no coincidimos. Por encima del Kily y de Benítez está el Valencia y su gran afición", añadía.
El interior zurdo argentino recordaba algunos roces que tuvo con el técnico, como el gesto de desprecio en el momento de ser sustituido, y que también se habló de su presunta mala relación con Héctor Cúper, ex entrenador del Valencia. "También se decía que no me hablaba con Cúper y después, cuando se fue al Inter, me pidió. Será porque no soy tan indisciplinado", argumentaba el jugador, quien califica su temporada como "desastrosa". "Me han lesionado dos veces, es muy duro estar cuatro meses parado y encima que salgan los rumores de siempre sobre mi futuro, sobre mi contrato, sobre si juego diferente como local que cuando lo hago como visitante. Aguanto muchas cosas que se dicen con mala intención", señalaba en referencia a la prensa.
Antes de concluir su intervención, que fue un mero monólogo al no admitir ninguna pregunta, Kily González lanzaba un mensaje a la afición: "La gente que me quiere, merece que yo esté bien. Les agradezco mucho su cariño y ojalá siga mucho tiempo aquí. Sé que voy a jugar antes de que acabe la temporada. Me entreno con todas las ganas del mundo porque soy consciente de que soy un jugador importante", indicaba. El interior de Rosario matizaba que su viaje a Madrid lo hizo con conocimiento del club y que allí se trató la rodilla lesionada.