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España reabre la Oficina Comercial en Irak después de tres meses de cierre de la embajada

Tal y como informó Libertad Digital el pasado martes, España ha reabierto este sábado la Oficina Comercial de la embajada en Bagdad, que según pronosticó el Encargado de Negocios, Eduardo Quesada, en pocos meses "será muy importante". Desde hace una semana, el Centro Nacional de Inteligencia ha venido preparando la reapertura de la legación. Quesada regreso este viernes a Bagdad tras una ausencia de casi tres meses de ausencia.

L D (Agencias) El diplomático español considera que Irak "ha sido un país importante y volverá a serlo", por lo que España tiene interés en esta representación diplomática "para seguir siendo un referente en el mundo árabe". "Cuando el gobierno iraquí tenga representatividad como gobierno nacional", volverá un embajador español, dijo al recordar que el cargo que está vacante desde 1991, tras la guerra del Golfo. En 1996 los países de la Unión Europea se concertaron para no acreditar embajadores ante Bagdad, y algunos como España eligieron estar representados con un Encargado de Negocios, mientras que otros -como Italia o Francia- colocaron un jefe de sección de intereses bajo bandera de un tercer país. Quesada anunció la reapertura técnica de la Oficina Comercial de la embajada, que contará con la presencia de un analista de mercado, al que en breve se unirá el jefe de la oficina, un técnico comercial.

"En pocos meses esta oficina será muy importante", pronosticó Quesada, que está convencido de las oportunidades comerciales que Irak depara para España. Más a medio plazo, también anunció la reapertura del centro cultural, probablemente dentro de la red del Instituto Cervantes, para ir recuperando en la medida de lo posible la dimensión del antiguo centro cultural español, que cuando cerró en 1991 era el más importante dentro del mundo árabe. Durante la ausencia del personal español de la embajada y de la residencia del embajador, no ha habido que lamentar los saqueos sufridos por otras embajadas, como la griega o la portuguesa, y sólo han desaparecido objetos de menor valor.

En cuanto a los documentos, no ha habido sustracciones, sino que en la propia embajada destruyeron "material sensible" viejo, mientras que el nuevo o vigente fue puesto a salvo en la legación española de Amán, el día en que se evacuó la embajada, un mes antes de la guerra. Junto con el Encargado de Negocios volvieron a Bagdad un oficial de comunicaciones, un canciller y una secretaria, a los que pronto se unirá un segundo jefe de misión, que hará funciones de cónsul; un consejero comercial y dos secretarias iraquíes, que de momento están en Madrid.

La comunidad española en Irak es muy pequeña y consiste básicamente en españolas casadas desde hace años con ciudadanos iraquíes y los hijos de éstas. Quesada llegó a Bagdad en la tarde del viernes desde Amán, tras un viaje por tierra de más de doce horas dentro de un convoy de quince coches, en el que diez eran españoles y a los que se habían unido representantes de las embajadas francesa y portuguesa, que de momento solo han venido a inspeccionar el terreno.

Además de los representantes diplomáticos, viajaron con ellos cuatro miembros del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la policía para garantizar la protección de la embajada y de la residencia del embajador, donde reside Quesada. El diplomático recordó que los empleados iraquíes de la embajada nunca han dejado de cobrar su sueldo y han seguido ejerciendo sus funciones excepto en los días de la guerra. Quesada considera que su regreso a la embajada "no es una ficción, sino una continuidad. Regresamos a la normalidad, y ello significa que vuelvan los que estaban en sus puestos". Eduardo Quesada fue nombrado Encargado de Negocios en octubre pasado, después de que su predecesor, Fernando Valderrama, dimitiera por discrepancias con la política del gobierno español hacia Irak.



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