L D (EFE) El vigésimo tercer gobernador general de Australia ya ha pedido al primer ministro, John Howard, que tome las medidas necesarias para informar de su renuncia a su Majestad británica. Hollingworth y Howard, que declaró que no veía razones para la dimisión del ex gobernador, tienen previsto reunirse este lunes para hablar de los detalles de la transición del cargo, que de momento continuará ocupando el gobernador de Tasmania, Guy Green.
Holligworth, de 68 años de edad, manifestó en un escueto comunicado que las falsas acusaciones lanzadas en su contra le impiden seguir en su puesto. “Está claro que la continuación del debate público tiene el potencial de socavar y minimizar mi capacidad para mantener la importancia, dignidad e integridad de este alto cargo que he tenido el privilegio y el orgullo de ocupar”, indicó.
El ex gobernador se retiró temporalmente de su cargo en mayo tras ser acusado por una mujer de haberla violado en 1960 cuando ella tenía 16 años y estaba en un campamento juvenil de la Iglesia Anglicana. Un mes después de interponer el recurso legal, la mujer murió —presuntamente se suicidó— pero la demanda fue mantenida por sus hijos, que el pasado viernes la retiraron a causa de la dimensión adquirida por el caso en los medios de comunicación. Pero el político ya se encontraba en el ojo del huracán desde días antes, cuando fue acusado de encubrir abusos a menores cuando hace once años desempeñaba el cargo de arzobispo anglicano de Brisbane, la capital del estado de Queensland.
Holligworth, de 68 años de edad, manifestó en un escueto comunicado que las falsas acusaciones lanzadas en su contra le impiden seguir en su puesto. “Está claro que la continuación del debate público tiene el potencial de socavar y minimizar mi capacidad para mantener la importancia, dignidad e integridad de este alto cargo que he tenido el privilegio y el orgullo de ocupar”, indicó.
El ex gobernador se retiró temporalmente de su cargo en mayo tras ser acusado por una mujer de haberla violado en 1960 cuando ella tenía 16 años y estaba en un campamento juvenil de la Iglesia Anglicana. Un mes después de interponer el recurso legal, la mujer murió —presuntamente se suicidó— pero la demanda fue mantenida por sus hijos, que el pasado viernes la retiraron a causa de la dimensión adquirida por el caso en los medios de comunicación. Pero el político ya se encontraba en el ojo del huracán desde días antes, cuando fue acusado de encubrir abusos a menores cuando hace once años desempeñaba el cargo de arzobispo anglicano de Brisbane, la capital del estado de Queensland.