L D (EFE) Cuando el Real Madrid contrató en julio de 2002 a Imbroda como sucesor del italiano Sergio Scariolo, destituido dos años antes de la conclusión de su contrato, se pensó que el entonces seleccionador nacional era el hombre ideal para relanzar un nuevo proyecto en la sección de baloncesto, apagada a la sombra del enorme brillo del equipo de fútbol y de sus estrellas.
Imbroda, de 42 años, fichó por el Real Madrid cuando era seleccionador nacional, cargo que mantuvo hasta el octubre de ese año después de haber situado a España en quinto lugar en el Mundial de Indianápolis. Fue reemplazado por Moncho López y Joan Creus tras una intensa polémica sobre si era compatible su puesto como entrenador del Real Madrid con el de seleccionador. La Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) llegó a prohibir la compatibilidad nada más conocer su contratación por el equipo blanco.
Imbroda comenzó con ilusión y hasta prometió que el Real Madrid aspiraba a ganarlo todo (la Liga, la Copa de Europa y la Copa del Rey) aunque reconoció la contradicción de querer resultados a corto plazo y contar con un equipo prácticamente nuevo. Pero el historial del Real Madrid como número uno de España no dejaba resquicio a las dudas: 28 Ligas, 22 Copas, 8 Copas de Europa, 4 Recopas y una Copa Korac.
Javier Imbroda nunca pudo cumplir las expectativas y los resultados del Real Madrid, históricamente uno de los grandes del baloncesto europeo, en la actual temporada no pudieron ser peores. En febrero cayó eliminado en la primera fase de la Euroliga, donde sólo ganó seis de catorce partidos. "Es un fracaso absoluto...Es mi peor día en el Real Madrid", admitió entonces Imbroda.
Pero el golpe mayor y el que en definitiva colocó a Imbroda en el camino de salida ocurrió el pasado día 17 cuando el Real Madrid perdió ante el Caprabo Lérida en el último partido de la Liga y se quedaba fuera de la lucha por el título en los "playoffs". Fue la primera vez en su historia que el Real Madrid no disputaba la fase final por el título que había obtenido en 28 ocasiones, 16 más que el segundo, el Barcelona.
Imbroda, con más de 500 partidos dirigidos en la Liga, rechazó la posibilidad de dimitir y esbozó la causa de los males del equipo: la precipitación con que se formó la plantilla, el recorte de inversiones para fichajes que impidió la contratación de Dejan Bodiroga y Arvidas Sabonis, la debilidad de la defensa del equipo, la falta de carácter y de ilusión que cayeron como una losa a medida que los resultados no acompañaban. La evolución negativa del equipo, que incluso le costó una sonora pitada al presidente, Florentino Pérez, en el torneo de Navidad pasado tras perder con el Maccabi de Tel Aviv, forzó un primer nombramiento, el de Lolo Sainz como nuevo director de la sección de baloncesto.
Sainz, uno de los personajes que más han contribuido a engrandecer al baloncesto del club y de España como jugador y como técnico, no tuvo margen de maniobra para enderezar la situación y este viernes ha tenido que comunicar la destitución de Imbroda, un anuncio difícil ya que ambos habían trabajado codo con codo en la selección desde 1995. Una vez cerrado su amargo paso por el Real Madrid, Imbroda puede echar la vista atrás para buscar consuelo en sus numerosos éxitos deportivos, que le han valido el reconocimiento como uno de los mejores técnicos españoles.
Entres estos éxitos destacan la medalla de bronce como segundo entrenador de Lituania en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992; subcampeón de Liga con el Unicaja Málaga y mejor entrenador de 1995; subcampeón de la Copa del Rey y de la Liga con el Caja San Fernando y mejor entrenador 1999; noveno con España en Sydney 2000; bronce con la selección española en el Europeo de Turquía 2001 y quinto en el Mundial de Indianápolis 2002.
Como seleccionador español, cargo que asumió en abril de 2001, realizó una importante renovación generacional, obligada en parte por la renuncia de Alberto Herreros y la baja por problemas físicos de Roberto Dueñas, y para el Europeo de Turquía "mimó" a los "juniors de oro" que ganaron el Mundial de Lisboa de 1999 al incorporar a Pau Gasol y Felipe Reyes, que se unieron a Juan Carlos Navarro y Raúl López.
Imbroda, de 42 años, fichó por el Real Madrid cuando era seleccionador nacional, cargo que mantuvo hasta el octubre de ese año después de haber situado a España en quinto lugar en el Mundial de Indianápolis. Fue reemplazado por Moncho López y Joan Creus tras una intensa polémica sobre si era compatible su puesto como entrenador del Real Madrid con el de seleccionador. La Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) llegó a prohibir la compatibilidad nada más conocer su contratación por el equipo blanco.
Imbroda comenzó con ilusión y hasta prometió que el Real Madrid aspiraba a ganarlo todo (la Liga, la Copa de Europa y la Copa del Rey) aunque reconoció la contradicción de querer resultados a corto plazo y contar con un equipo prácticamente nuevo. Pero el historial del Real Madrid como número uno de España no dejaba resquicio a las dudas: 28 Ligas, 22 Copas, 8 Copas de Europa, 4 Recopas y una Copa Korac.
Javier Imbroda nunca pudo cumplir las expectativas y los resultados del Real Madrid, históricamente uno de los grandes del baloncesto europeo, en la actual temporada no pudieron ser peores. En febrero cayó eliminado en la primera fase de la Euroliga, donde sólo ganó seis de catorce partidos. "Es un fracaso absoluto...Es mi peor día en el Real Madrid", admitió entonces Imbroda.
Pero el golpe mayor y el que en definitiva colocó a Imbroda en el camino de salida ocurrió el pasado día 17 cuando el Real Madrid perdió ante el Caprabo Lérida en el último partido de la Liga y se quedaba fuera de la lucha por el título en los "playoffs". Fue la primera vez en su historia que el Real Madrid no disputaba la fase final por el título que había obtenido en 28 ocasiones, 16 más que el segundo, el Barcelona.
Imbroda, con más de 500 partidos dirigidos en la Liga, rechazó la posibilidad de dimitir y esbozó la causa de los males del equipo: la precipitación con que se formó la plantilla, el recorte de inversiones para fichajes que impidió la contratación de Dejan Bodiroga y Arvidas Sabonis, la debilidad de la defensa del equipo, la falta de carácter y de ilusión que cayeron como una losa a medida que los resultados no acompañaban. La evolución negativa del equipo, que incluso le costó una sonora pitada al presidente, Florentino Pérez, en el torneo de Navidad pasado tras perder con el Maccabi de Tel Aviv, forzó un primer nombramiento, el de Lolo Sainz como nuevo director de la sección de baloncesto.
Sainz, uno de los personajes que más han contribuido a engrandecer al baloncesto del club y de España como jugador y como técnico, no tuvo margen de maniobra para enderezar la situación y este viernes ha tenido que comunicar la destitución de Imbroda, un anuncio difícil ya que ambos habían trabajado codo con codo en la selección desde 1995. Una vez cerrado su amargo paso por el Real Madrid, Imbroda puede echar la vista atrás para buscar consuelo en sus numerosos éxitos deportivos, que le han valido el reconocimiento como uno de los mejores técnicos españoles.
Entres estos éxitos destacan la medalla de bronce como segundo entrenador de Lituania en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992; subcampeón de Liga con el Unicaja Málaga y mejor entrenador de 1995; subcampeón de la Copa del Rey y de la Liga con el Caja San Fernando y mejor entrenador 1999; noveno con España en Sydney 2000; bronce con la selección española en el Europeo de Turquía 2001 y quinto en el Mundial de Indianápolis 2002.
Como seleccionador español, cargo que asumió en abril de 2001, realizó una importante renovación generacional, obligada en parte por la renuncia de Alberto Herreros y la baja por problemas físicos de Roberto Dueñas, y para el Europeo de Turquía "mimó" a los "juniors de oro" que ganaron el Mundial de Lisboa de 1999 al incorporar a Pau Gasol y Felipe Reyes, que se unieron a Juan Carlos Navarro y Raúl López.