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Canadá reconoce su incapacidad para controlar la neumonía atípica

Las autoridades sanitarias de Ontario investigan la muerte de cuatro personas, presumiblemente a causa de la neumonía atípica, y se muestran incapaces de controlar la infección. Las cuatro muertes ocurrieron a principios de la semana pasada y se cuentan como posibles casos del Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SRAG).

L D (EFE) Los muertos eran pacientes de un centro hospitalario en el norte de la ciudad que hasta ahora no había sido afectado por la infección, señaló el jefe médico de Ontario, doctor Colin D'Cunha. El comisionado de Seguridad Pública de Ontario, doctor James Young, destacó que los resultados de las autopsias de tres de los fallecidos han dado positivo en las pruebas de la neumonía atípica, pero necesitan investigar más para confirmar la causa de los decesos.

A la espera de que se confirmen las primeras pruebas, se eleva a 30 el número de fallecidos en Toronto desde que se inició el brote de SRAG. Otras 46 personas están catalogadas como casos probables -tres más que el viernes-, 13 son sospechosos y 8.000 están en cuarentena.

Las autoridades canadienses siguen mostrándose satisfechas porque la neumonía atípica no ha salido de los centros hospitalarios, pero cada vez es más evidente el mensaje de que la infección no puede ser totalmente controlada. También el doctor Young, que durante el mes de mayo recorrió el mundo para explicar cómo Toronto había vencido la enfermedad, indicó que "este es un virus extremadamente difícil de controlar".

Las autoridades sanitarias temen que la infección pase desapercibida en los hospitales de la provincia de Ontario, como sucedió a fines de abril, lo que dio lugar al nuevo brote neumónico, por lo que insisten en que se cumplan las cuarentenas impuestas a miles de personas. Los especialistas volvieron a lanzar el sábado un desesperado mensaje para que las personas en cuarentena permanezcan aisladas en sus casas durante diez días.

La tarea se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza, especialmente desde que fueron puestos el miércoles en cuarentena 1.500 estudiantes de un instituto del norte de Toronto. Desde entonces, se han multiplicado las denuncias de personas que evaden ese retiro al acudir a centros comerciales y otros lugares públicos. Ante esta situación, el doctor D'Cunha se mostró especialmente duro y recordó que la cuarentena no es voluntaria.

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