L D (EFE) Los ministros europeos de Economía y Finanzas (Ecofín) adoptarán previsiblemente este martes una recomendación contra Francia, en la que constatarán que su déficit público superó en 2002 el máximo permitido del 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) y pedirán que se ponga fin a este problema. Rato indicó, a la entrada de la reunión del Eurogrupo, que "la respuesta que España entiende que el Gobierno francés deber dar no es más que la que está dando el Gobierno alemán en estos momentos y la que se derivaría de cualquier otro país que superara el límite del 3 por ciento".
En este sentido, consideró que "los acuerdos de marzo están plenamente vigentes, que fijan una reducción anual del 0,5 por ciento del déficit cíclicamente ajustado", es decir, teniendo la evolución del crecimiento. Alemania tiene abierto un procedimiento por déficit excesivo pues en 2002 se situó en el 3,75 por ciento (por encima del valor máximo del 3 por ciento) y el Consejo de ministros de la UE le pidió el pasado enero que adoptase medidas para reducir, al menos en un 1 por ciento del PIB, esta situación durante este año.
A este respecto, el canciller federal alemán, el socialdemócrata Gerhard Schroeder, obtuvo en la reunión del Grupo de los Ocho respaldo para su polémico plan de recortes sociales, que en su propio partido se ve como el comienzo del fin del estado del bienestar en Alemania.
En este sentido, consideró que "los acuerdos de marzo están plenamente vigentes, que fijan una reducción anual del 0,5 por ciento del déficit cíclicamente ajustado", es decir, teniendo la evolución del crecimiento. Alemania tiene abierto un procedimiento por déficit excesivo pues en 2002 se situó en el 3,75 por ciento (por encima del valor máximo del 3 por ciento) y el Consejo de ministros de la UE le pidió el pasado enero que adoptase medidas para reducir, al menos en un 1 por ciento del PIB, esta situación durante este año.
A este respecto, el canciller federal alemán, el socialdemócrata Gerhard Schroeder, obtuvo en la reunión del Grupo de los Ocho respaldo para su polémico plan de recortes sociales, que en su propio partido se ve como el comienzo del fin del estado del bienestar en Alemania.