L D (Agencias) El paro afecta este martes a los periodistas de prensa escrita y de las agencias de noticias, mientras que el próximo día 18 será el turno de los informadores de radio y televisión. Por este motivo las principales agencias de prensa han suspendido su servicios desde las 07.00 horas de este martes y reanudarán su actividad transcurridas 24 horas. La convocatoria también es seguida en las redacciones de los diarios de mayor difusión, que suspendieron sus ediciones en internet y que -previsiblemente- no saldrán a la calle este miércoles.
La huelga pretende llamar la atención sobre el hecho de que en Italia "se encuentra en peligro el derecho constitucional de los ciudadanos a ser informados, según el secretario general del FNSI, Paolo Serventi Longhi. La FNSI considera este derecho amenazado por el monopolio informativo del primer ministro y magnate de la comunicación Silvio Berlusconi, propietario de tres cadenas televisivas y con poderosas influencias en los medios de información, con numerosos casos denunciados de "depuración" de informadores críticos con su figura. Por su parte la Federación de Empresas Periodísticas (FIEG), que reúne a los editores de diarios, ha calificado la huelga de "equivocada e injusta", que golpea a la prensa en un momento de dificultades económicas y de pérdida de lectores.
La huelga se produce pocos días después de un polémico cambio en la dirección del Corriere della Sera, el principal diario italiano, con una tirada de 700.000 ejemplares. Su antiguo responsable, Ferruccio De Bortoli, dimitió a finales de mayo tras seis años al frente del rotativo milanés por supuestas presiones del Gobierno debido a su postura crítica con Berlusconi. La sustitución de De Bortoli por Stefano Folli, comentarista de política nacional del mismo diario, motivó ya una huelga de sus trabajadores y el rotativo no salió a la calle el pasado 1 de junio.
La huelga pretende llamar la atención sobre el hecho de que en Italia "se encuentra en peligro el derecho constitucional de los ciudadanos a ser informados, según el secretario general del FNSI, Paolo Serventi Longhi. La FNSI considera este derecho amenazado por el monopolio informativo del primer ministro y magnate de la comunicación Silvio Berlusconi, propietario de tres cadenas televisivas y con poderosas influencias en los medios de información, con numerosos casos denunciados de "depuración" de informadores críticos con su figura. Por su parte la Federación de Empresas Periodísticas (FIEG), que reúne a los editores de diarios, ha calificado la huelga de "equivocada e injusta", que golpea a la prensa en un momento de dificultades económicas y de pérdida de lectores.
La huelga se produce pocos días después de un polémico cambio en la dirección del Corriere della Sera, el principal diario italiano, con una tirada de 700.000 ejemplares. Su antiguo responsable, Ferruccio De Bortoli, dimitió a finales de mayo tras seis años al frente del rotativo milanés por supuestas presiones del Gobierno debido a su postura crítica con Berlusconi. La sustitución de De Bortoli por Stefano Folli, comentarista de política nacional del mismo diario, motivó ya una huelga de sus trabajadores y el rotativo no salió a la calle el pasado 1 de junio.