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González dice en Argentina que cuando el mercado no funciona puede convertirse en dictadura

El ex presidente del Gobierno español dijo el pasado lunes en Argentina que, pese a su desprestigio, el ejercicio de la política es indispensable para asegurar la gobernabilidad y la democracia. González explicó que "el mercado y la democracia forman una extraña pareja, pero al mrecado cuando no le va bien, se puede ir con cualquier Pinochet de turno"

L D (Agencias) En un discurso ante unos 800 jóvenes y representantes de la colectividad española de la ciudad argentina de La Plata (59 kilómetros al sur de Buenos Aires), González remarcó la importancia del compromiso del político para fortalecer la democracia. "El menosprecio de la política se aceleró con la caída del Muro de Berlín, pues todos pensaron que el mercado lo arreglaría todo y esto no sucedió. El mercado no tiene por qué tener sensibilidad social ni redistribuir el ingreso", sostuvo González. Según el dirigente socialista, la democracia y el mercado forman "una extraña pareja" en la que "la señora democracia suele respetar al mercado" pero éste, "cuando no le va bien, se puede ir con cualquier Pinochet de turno". "Si degradamos la política, no habrá gobernabilidad", insistió González, quien llegó el domingo a Buenos Aires para participar en un seminario sobre la calidad democrática en América Latina, que se celebró el lunes.

En un colmado salón de la Municipalidad de La Plata, González explicó que existe una "legitimidad de origen" del poder, que la dan los votos de la ciudadanía, y otra "legitimidad de ejercicio", que proviene de la acción de gobierno. "En política lo más grave no es meter la pata, sino no sacarla rápidamente cuando se cometió un error", señaló. El político español dijo que en América Latina el Producto Interno Bruto no ha crecido desde los 80 y la redistribución del ingreso es aún peor que antes, pero la "legitimidad de origen", la democracia, "se ha establecido en todo el continente". "Tenemos aquí una curiosa realidad: esta es la única región de mundo emergente y democrática", remarcó González.

Fiel amigo de Argentina, como Solchaga

Minutos antes de su discurso, el intendente de La Plata, Julio Alak, distinguió a Felipe González como "ciudadano ilustre", máximo título honorífico que otorga la ciudad y que antes sólo había recibido otro extranjero, el cantautor catalán Joan Manuel Serrat. "Es un honor y un privilegio recibir una personalidad ilustre y a un protagonista fundacional de la reconstrucción democrática de la España contemporánea", destacó Alak, quien le regaló a González, un coleccionista de piedras, una roca rosada de la provincia argentina de Catamarca, y una piña y un trozo de árbol fosilizados.

Tras este acto, Felipe González visitó la casa de la familia Bettini Francese, que en los años 70 fue víctima de la dictadura militar que gobernó el país (1976-1983) y que hizo desaparecer a cuatro de sus integrantes. "Esa casa es un símbolo, pues ahora es la sede de la secretaría de Derechos Humanos de la provincia", dijo la titular de esa dependencia, Sara Derotier de Cobacho, quien destacó la protección que Felipe González dio a los Bettini cuando decidieron exiliarse en España tras las desapariciones de cuatro de sus integrantes. Por su parte, la presidente de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, una vecina de La Plata, destacó que el ex presidente español "siempre tuvo gestos de comprensión, solidaridad y humanidad para con los familiares de desaparecidos". Tras la visita a la casa Bettini Francese, Felipe González almorzó con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, en su residencia oficial en La Plata. El lunes, el dirigente socialista, además de participar en Buenos Aires en el seminario organizado por el Círculo de Montevideo, se entrevistó con el presidente de Argentina, Néstor Kirchner, quien asumió en su cargo el pasado 25 de mayo.

La reunión con su admirador Kichner

González fue recibido por Kirchner y su esposa, la senadora Cristina Fernández, en el comedor presidencial de la Casa Rosada. También participaron de la reunión el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli. Esta es la primera visita a Argentina que realiza el ex jefe del Gobierno español desde diciembre de 2001, cuando una revuelta popular forzó la renuncia del entonces presidente del país, Fernando de la Rúa.

En recientes declaraciones a la prensa, Kirchner -quien asumió el poder el pasado 25 de mayo- se declaró admirador del ex secretario general de los socialistas españoles (PSOE) y dijo que le habían gustado "muchísimo" sus dos primeros gobiernos, entre 1982 y 1989. Más temprano, el ex jefe del Gobierno español participó en una reunión organizada de forma conjunta por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Círculo de Montevideo, constituido en 1996 e impulsado por el ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti. Tras su paso por Argentina, viajó a Quito donde se reunió con el presidente ecuatoriano, Lucio Gutiérrez.

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