(Libertad Digital) Era el último enfrentamiento Zapatero-Aznar en un debate sobre el estado de la nación. Las elecciones municipales y autonómicas del 25 de mayo dejaron claro que la guerra de Irak y el Prestige no hicieron mella en el PP o, al menos, no con la intensidad que preveían desde PSOE e IU, pero Zapatero eligió estos argumentos para ir calentando hasta que llegara el momento de lanzar el caso Tamayo contra los escaños del PP. Lo hizo atropelladamente castigando a los diputados con el relato de los hechos, el mismo que hiciera Simancas, apoyado en las últimas exclusivas publicitarias y en concreto en el último cruce de llamadas publicado por el diario El Mundo.
Los “animadores mediáticos” de Zapatero
La esencia de su discurso fue que Aznar conocía que se urdía un “golpe”. Lo dijo con estas palabras: “Pretende usted que creamos que en un partido tan disciplinado, tan estrechamente unido a su persona en la paz y en la guerra, ninguno de ustedes lo sabía”. El presidente del Gobierno –después de pasar por los casos Piñeiro, Gomáriz y Barreiro, antecedentes de aprovechamiento socialista del transfuguismo– reprocho a Zapatero que se atreviera a comparar el caso Tamayo con el 23-F y mencionó a los “animadores mediáticos que hoy han tenido un expreso reconocimiento por su parte”.
Buena parte del duelo parlamentario se centro –por elección del propio Zapatero– en la “regeneración democrática”. Pero en este punto el socialista tampoco salió bien parado. Aznar le recomendó que "si quiere hablar de regeneración empiece por su propio partido. Hágalo rápido porque tengo la impresión de que algunos de su partido quieren regenerarlo a usted. Tienes más planes de regeneración que modelos de IRPF". Además, en cuanto a los escándalos de corrupción, recordó que “en abril de 1992 el 42 por ciento de los españoles estaba preocupado por la corrupción. Hoy es el 0,1 por ciento y si sube un poco es por la corrupción de su partido”.
La única novedad, una marcha atrás de Zapatero
Pero al hablar de regeneración, el presidente también le reprochó al socialista su actitud: “Le pido que exija a sus compañeros de Cataluña que no amparen al señor Atutxa”. También se refirió al escándalo de Navarra en el que el PSOE se ha apoyado en votos nacionalistas. Aquí fue donde llegó una de las pocas novedades del debate. Zapatero anunció que retira el expediente abierto contra los socialistas navarros que le desobedecieron con la única intención de expulsar a UPN de las instituciones.
El presidente del Gobierno repasó la mermada capacidad de liderazgo de Zapatero recordándole, además de Navarra, varios escenarios: En Madrid, por el caso Tamayo; en Cataluña porque Maragall ya le ha recordado que no es el que manda y además apoyan abiertamente a Atutxa; en Cantabria porque “le dan el gobierno a un partido regionalista que ha sido el menos votado”; en San Sebastián “porque le oyen como quien oye llover”.
Para terminar, hasta FILESA volvió a convertirse en actualidad. Zapatero había echado en cara al presidente del Gobierno un caso de corrupción cuando gobernaba Castilla y León. La réplica estaba clara y Aznar no dudó en echar sobre los escaños del PSOE la hemeroteca de corrupción del PSOE en años pasados. Directamente a la cara de Zapatero, recordó: “Usted está sentado ahí porque existió una cosa que se llamó Filesa que financió a su partido”. Además, en un minuto y de carrerilla, recordó la interminable lista de corrupción. “Veintitrés años después siguen con la mismas historias de corrupción”.
• Así fue el último duelo de política general entre Zapatero y Aznar
Primera parte
Segunda parte
Los “animadores mediáticos” de Zapatero
La esencia de su discurso fue que Aznar conocía que se urdía un “golpe”. Lo dijo con estas palabras: “Pretende usted que creamos que en un partido tan disciplinado, tan estrechamente unido a su persona en la paz y en la guerra, ninguno de ustedes lo sabía”. El presidente del Gobierno –después de pasar por los casos Piñeiro, Gomáriz y Barreiro, antecedentes de aprovechamiento socialista del transfuguismo– reprocho a Zapatero que se atreviera a comparar el caso Tamayo con el 23-F y mencionó a los “animadores mediáticos que hoy han tenido un expreso reconocimiento por su parte”.
Buena parte del duelo parlamentario se centro –por elección del propio Zapatero– en la “regeneración democrática”. Pero en este punto el socialista tampoco salió bien parado. Aznar le recomendó que "si quiere hablar de regeneración empiece por su propio partido. Hágalo rápido porque tengo la impresión de que algunos de su partido quieren regenerarlo a usted. Tienes más planes de regeneración que modelos de IRPF". Además, en cuanto a los escándalos de corrupción, recordó que “en abril de 1992 el 42 por ciento de los españoles estaba preocupado por la corrupción. Hoy es el 0,1 por ciento y si sube un poco es por la corrupción de su partido”.
La única novedad, una marcha atrás de Zapatero
Pero al hablar de regeneración, el presidente también le reprochó al socialista su actitud: “Le pido que exija a sus compañeros de Cataluña que no amparen al señor Atutxa”. También se refirió al escándalo de Navarra en el que el PSOE se ha apoyado en votos nacionalistas. Aquí fue donde llegó una de las pocas novedades del debate. Zapatero anunció que retira el expediente abierto contra los socialistas navarros que le desobedecieron con la única intención de expulsar a UPN de las instituciones.
El presidente del Gobierno repasó la mermada capacidad de liderazgo de Zapatero recordándole, además de Navarra, varios escenarios: En Madrid, por el caso Tamayo; en Cataluña porque Maragall ya le ha recordado que no es el que manda y además apoyan abiertamente a Atutxa; en Cantabria porque “le dan el gobierno a un partido regionalista que ha sido el menos votado”; en San Sebastián “porque le oyen como quien oye llover”.
Para terminar, hasta FILESA volvió a convertirse en actualidad. Zapatero había echado en cara al presidente del Gobierno un caso de corrupción cuando gobernaba Castilla y León. La réplica estaba clara y Aznar no dudó en echar sobre los escaños del PSOE la hemeroteca de corrupción del PSOE en años pasados. Directamente a la cara de Zapatero, recordó: “Usted está sentado ahí porque existió una cosa que se llamó Filesa que financió a su partido”. Además, en un minuto y de carrerilla, recordó la interminable lista de corrupción. “Veintitrés años después siguen con la mismas historias de corrupción”.
• Así fue el último duelo de política general entre Zapatero y Aznar
Primera parte
Segunda parte