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Baden Cooke se adjudica al esprint la segunda etapa y da al Tour un mayor acento australiano

El último de los grances velocistas de la escuela australiana, Baden Cooke (FDJeux.com), ha seguido animando la fiesta ciclista a su país al adjudicarse este lunes al esprint la segunda etapa del Tour de Francia, mientras su amigo, compatriota y compañero de equipo Bradley McGee ha sabido conservar el maillot amarillo de líder.

L D (EFE) Cooke, a sus 24 años, ya se codea con los mejores y su palmarés se dispara a 27 victorias. La de Sedan le confirma como una estrella de futuro, dotado de descaro y valentía en la recta final, donde no se arruga ante nada ni nadie. El australiano, compañero y amigo del líder McGee, ha invertido un tiempo de cinco horas, seis minutos y 33 segundos en los 204 kilómetros que separan La Ferté-Sous-Jouarre de Sedan, etapa en la que ha superado al francés Nazon y al estonio Jan Kirsipuu. La cuarta plaza ha sido para el alemán Erik Zabel, que no ha podido celebrar su cumpleaños como había soñado. El español Óscar Freire llegaba en undécima posición.

Con esta victoria, Cooke se alza al tercer puesto de la general, por detrás del británico David Millar, segundo. Un éxito que firmó además la desgracia del francés Frederic Finot, del Delatour, que se hundía a 4 kilímetros de meta tras protagonizar una escapada de 195 kilómetros. Fue el gran protagonista y animador del día, pero se quedaba sin premio. La general sigue manteniendo a Haimar Zubeldia, del Euskaltel-Euskadi, como primer español en la cuarta plaza y los favoritos viven tranquilos en un puñado de segundos con Lance Armstrong décimo y Joseba Beloki a continuación esperando la cronometrada por equipos del miércoles. Bastante tienen con no caerse en estas primeras etapas de carácter nervioso.

Los franceses se siguen apuntando al protagonismo aventurero de las primeras etapas y el turno le llegó en la segunda a los modestos Lilian Jegou, del Credit Agricole, un hombre que a los 21 años cambió el balonmano por el ciclismo y Frederic Finot, del Jean Delatour, menos anónimo que el anterior con una victoria en el Tour del Porvenir y en los Cuatro Días de Dunkerque, después de una galopada como la de este lunes. La travesura del dúo francés supuso otra paliza para los gregarios de los esprinters, o sea a los chicos del Fassa Bortolo de Alessandro Petacchi, del Lotto de Robbie McEwen y el Rabobank de Freire, que deben de temblar cuando ven que los valientes de turno adquieren diferencias preocupantes. No sólo tienen que neutralizar la fuga, también tienen que preparar luego el esprint del jefe. La ilusión de Jegou y Finot empezó en el kilómetro 5, cuando aún alguno se delataba con algún bostezó, alcanzó su esplendor en el 72 con 11:20 minutos y se transformó por sorpresa con otro arranque de Finot que le dejó solo en el 161, en las proximidades de una cota de cuarta categoría.

Finot desplegó un torrente de energía en solitario, sufrió lo que no está en los escritos en busca de la victoria de su vida, pero en esta carrera nadie regala nada y las fuerzas tienen un límite hasta para el más dotado. Aún anduvo 30 kilómetros antes de ser cazado a cuatro de meta. La historia del Tour no le quiso albergar en sus páginas, optó por acordarse de un chaval joven que llenará muchas después de su estreno en Sedan. Al menos facturó la escapada más larga hasta el momento del Tour del centenario. La jornada ha pasado factura a los afectados por la caída de la primera etapa. El Rabobank se quedaba sin Leipheimer y Lotz, mientras que Tyler Hamilton, del CSC, aún aguantaba con la clavícula rota, algo que no es de otro mundo para un corredor que ha sabido mantenerse en un Giro de Italia casi entero en las mismas condiciones y en el que terminaba segundo.

Este martes se disputará la tercera etapa, entre Charleville Mezieres y Saint Dizier, de 167,5 kilómetros, la más llana de las disputadas hasta el momento, por lo tanto para que los esprinters sigan buscando sus opciones.

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