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El hospital Raffles recuerda que las siamesas querían ser separadas "bajo cualquier circunstancia"

Luis Lassaletta, cirujano del Hospital La Paz y que responsable de seis operaciones de separación de siameses, ha explicado que la muerte de las Laleh y Ladan Bijani tras ser separadas era previsible por el riesgo de la operación. Desde el hospital Raffles recuerdan que el deseo de las pacientes era ser separadas "bajo cualquier circunstancia".

L D (EFE) El doctor Luis Lassaletta, miembro del equipo quirúrgico del Hospital La Paz responsable de seis operaciones para separar siameses, lamenta el fracaso de la intervención para separar a las siamesas iraníes Laleh y Ladan Bijani que han muerto este martes en el quirófano de un hospital de Singapur con una hora y media de diferencia, justo después de que fueran separadas, aunque consideró que era previsible dado su alto riesgo. Para este experto de La Paz, ha sido una pena el fracaso de la intervención después del importante reto que aceptaron los cirujanos del hospital de Singapur, "un equipo muy preparado", y las dos jóvenes, quienes habían depositado en ellos sus esperanzas de vivir separadas.

No obstante no se mostró sorprendido por el desenlace de la operación, ya que el cerebro, explicó, es uno de los órganos más difíciles de separar dado la gran cantidad de venas, arterias y vasos implicados. Según apuntó, uno de los problemas principales es que la operación ha durado más tiempo de lo previsto, por lo que la hemorragia ha sido mayor, y además se comprobó que la unión del cerebro era superior a la esperada. La principal dificultad residía, explicó el doctor Lassaletta, en la necesidad de reconstruir el drenaje del cerebro de una de las dos hermanas para evitar el exceso de presión. No se trataba de la primera operación para separar siameses unidos por el cerebro, pero este médico destacó que nunca se había abordado una de tal importancia y con tanto riesgo, dada la edad de las dos jóvenes. Según explicó, lo habitual es separar a los siameses cuando son pequeños, antes de los dos años y de que tengan conciencia de su propia personalidad, pero en este caso fue complicado.

Por su parte, el director ejecutivo del hospital Raffles, Lou Choon Yong, declaró que "el equipo se planteó en ese momento cuál era el deseo de las pacientes: querían ser separadas bajo cualquier circunstancia, y teníamos esperanzas", subrayó Yong para explicar por qué decidieron continuar. Ladan y Laleh Bijani, sabían el riesgo que corrían, pero más que cualquier otra cosa querían poder llevar una vida normal. "Queremos poder vernos sin el espejo", había dicho hace un mes Ladan en una conferencia de prensa en Singapur después de que se anunciase su operación quirúrgica.

En 1996 acudieron a un grupo de especialistas de Alemania, pero tras meses de exámenes y análisis los expertos descartaron la intervención por considerar escasas las posibilidades de éxito, debido a esa arteria cerebral que compartían. Pero esto no las hizo cesar en su determinación y en noviembre del año pasado llegaron a Singapur para hablar con el neurocirujano Keith Goh, el médico que las ha operado, quien en 2001 había logrado separar a las siamesas nepalíes Jamuna y Ganga Shrestha, también unidas por la cabeza. La diferencia principal entre ambos casos radicaba en que Jamuna y Ganga tenían once meses, mientras que las hermanas iraníes habían cumplido 29 años.

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