(Libertad Digital) El director del equipo, Manolo Saiz, dice que con la caída de Beloki "se vienen abajo muchos meses de trabajo y es un contratiempo ya insalvable", ya que tampoco estará disponible para la Vuelta a España. "Nos encontramos todos mal y sentimos impotencia. Se han venido abajo muchos meses de trabajo y esto nos para en seco. Es una situación de la que ya no nos levantamos. Ya tuvimos mala suerte con Igor, después con Ángel Vicioso y ahora nos sucede esto", decía un abatido Saiz.
El responsable técnico del ONCE destacaba que Beloki estaba atacando en las últimas etapas y se encontraba en la línea de luchar por algo importante: "Se ha visto que no puede ser y tendremos que pensar en otra cosa". Después de hablar con Beloki en el Hospital General de Gap, Saiz afirmaba: "No se encuentra bien, como es lógico. Es una situación que le impide luchar por el Tour y por la Vuelta. Toda la temporada se le ha venido abajo y está en una situación en la que tiene que renovar".
"Su renovación no depende sólo de mí, también de mi empresa. Me llamaron para preguntarme si me interesaba Iban Mayo, pero ahora me interesan mis corredores. No envidio nada a nadie", señalaba. Saiz explicaba respecto a la caída que "se le fue la bicicleta por detrás y cuando intentó enderezarla salió despedido por delante"."Ahora tendremos que hablar con los médicos para ver si se le opera aquí o en España. Lo más probable es que sea esta última opción porque allí estará más tranquilo y como va a ser padre querrá estar con su familia", decía el técnico español.
Antón: "Éste era su año"
También Pablo Antón, manager del ONCE Eroski, mostraba su decepción por la caída de Beloki: "Está bastante afectado y se ha emocionado cuando hemos entrado a verle y hemos visto que ya estaba escayolado. Se echaba a llorar, decía que lo sentía e insistía en que este era su año en el Tour. Le hemos dicho que así es el deporte y la vida y al final ha bromeado pidiéndonos que le llevásemos a Azevedo, su compañero habitual de habitación". Antón ha comentado que Beloki había preguntado si algún corredor más se había caído y se mostraba partidario de que "sea intervenido en España para que esté cerca de la familia"
Gorka Beloki, resignado: "Qué le vamos a hacer"
El hermano menor del accidentado corredor y que también es corredor profesional del ONCE-Eroski, Gorka Beloki, confesaba que su familia y él se asustaron al ver la caída de Joseba, pero ante tal fatalidad añaía: "Qué le vamos a hacer, no hay que darle más vueltas". "Iban muy rápidos", como dice su hermano, y "la bicicleta le hizo un extraño en la rueda trasera". Gorka señalaba que al ver la caída tuvo la sensación de que "el impacto que ha tenido de la cadera contra el suelo ha sido muy fuerte" "Por ello, nos hemos asustado en un principio, pero más cuando he visto que Azevedo y Jaksche (compañeros que habían parado junto al caído) arrancaban para delante con esa cara" (de disgusto), relataba.
Jaksche: "No sabíamos qué hacer"
Precisamente el alemán Jorg Jaksche, uno de los dos corredores que se quedaron a auxiliarle, reconoce que ver tendido en el suelo a su compañero le dejó en estado de shock y que durante unos instantes dudó entre seguir en la carrera o quedarse ayudando. "Sólo le he visto tumbado y nada más. Al principio pensé que podría continuar, pero luego ha sido imposible. Nos hemos quedado en shock , no sabíamos qué hacer", se lamentaba.
El corredor germano reconoce que la baja de Beloki para lo que resta de Tour es "muy duro para el equipo", sobre todo "porque estaba en una forma impresionante" y era una de los favoritos a estar en el podio de París, luchando con Armstrong por el triunfo final. Otro de los corredores del ONCE-Eroski que se detuvo para comprobar el estado de Beloki fue el portugués José Azevedo que no pudo disimular su desilusión. "No sé cómo está, pero la caída ha sido muy fea. Tenía dolores y he estado con él, dándole ánimos", indicaba.
Las quejas de Mikel Pradera
Mikel Pradera también ha reconocido que los compañeros se habían quedado "un poco hundidos", pero confía en que el equipo sepa sacar fuerzas de flaqueza. "Parte de nuestras ilusiones se nos han ido ya, pero intentaremos hacer algo", dice. Pradera se queja, además, del mal estado del firme en el descenso del Col de La Rochette: "Todos se preocupan de ponernos el casco y medidas de seguridad, pero la propia caravana es la que estropea las carreteras y no se dan cuenta de que luego venimos nosotros", criticaba.
El responsable técnico del ONCE destacaba que Beloki estaba atacando en las últimas etapas y se encontraba en la línea de luchar por algo importante: "Se ha visto que no puede ser y tendremos que pensar en otra cosa". Después de hablar con Beloki en el Hospital General de Gap, Saiz afirmaba: "No se encuentra bien, como es lógico. Es una situación que le impide luchar por el Tour y por la Vuelta. Toda la temporada se le ha venido abajo y está en una situación en la que tiene que renovar".
"Su renovación no depende sólo de mí, también de mi empresa. Me llamaron para preguntarme si me interesaba Iban Mayo, pero ahora me interesan mis corredores. No envidio nada a nadie", señalaba. Saiz explicaba respecto a la caída que "se le fue la bicicleta por detrás y cuando intentó enderezarla salió despedido por delante"."Ahora tendremos que hablar con los médicos para ver si se le opera aquí o en España. Lo más probable es que sea esta última opción porque allí estará más tranquilo y como va a ser padre querrá estar con su familia", decía el técnico español.
Antón: "Éste era su año"
También Pablo Antón, manager del ONCE Eroski, mostraba su decepción por la caída de Beloki: "Está bastante afectado y se ha emocionado cuando hemos entrado a verle y hemos visto que ya estaba escayolado. Se echaba a llorar, decía que lo sentía e insistía en que este era su año en el Tour. Le hemos dicho que así es el deporte y la vida y al final ha bromeado pidiéndonos que le llevásemos a Azevedo, su compañero habitual de habitación". Antón ha comentado que Beloki había preguntado si algún corredor más se había caído y se mostraba partidario de que "sea intervenido en España para que esté cerca de la familia"
Gorka Beloki, resignado: "Qué le vamos a hacer"
El hermano menor del accidentado corredor y que también es corredor profesional del ONCE-Eroski, Gorka Beloki, confesaba que su familia y él se asustaron al ver la caída de Joseba, pero ante tal fatalidad añaía: "Qué le vamos a hacer, no hay que darle más vueltas". "Iban muy rápidos", como dice su hermano, y "la bicicleta le hizo un extraño en la rueda trasera". Gorka señalaba que al ver la caída tuvo la sensación de que "el impacto que ha tenido de la cadera contra el suelo ha sido muy fuerte" "Por ello, nos hemos asustado en un principio, pero más cuando he visto que Azevedo y Jaksche (compañeros que habían parado junto al caído) arrancaban para delante con esa cara" (de disgusto), relataba.
Jaksche: "No sabíamos qué hacer"
Precisamente el alemán Jorg Jaksche, uno de los dos corredores que se quedaron a auxiliarle, reconoce que ver tendido en el suelo a su compañero le dejó en estado de shock y que durante unos instantes dudó entre seguir en la carrera o quedarse ayudando. "Sólo le he visto tumbado y nada más. Al principio pensé que podría continuar, pero luego ha sido imposible. Nos hemos quedado en shock , no sabíamos qué hacer", se lamentaba.
El corredor germano reconoce que la baja de Beloki para lo que resta de Tour es "muy duro para el equipo", sobre todo "porque estaba en una forma impresionante" y era una de los favoritos a estar en el podio de París, luchando con Armstrong por el triunfo final. Otro de los corredores del ONCE-Eroski que se detuvo para comprobar el estado de Beloki fue el portugués José Azevedo que no pudo disimular su desilusión. "No sé cómo está, pero la caída ha sido muy fea. Tenía dolores y he estado con él, dándole ánimos", indicaba.
Las quejas de Mikel Pradera
Mikel Pradera también ha reconocido que los compañeros se habían quedado "un poco hundidos", pero confía en que el equipo sepa sacar fuerzas de flaqueza. "Parte de nuestras ilusiones se nos han ido ya, pero intentaremos hacer algo", dice. Pradera se queja, además, del mal estado del firme en el descenso del Col de La Rochette: "Todos se preocupan de ponernos el casco y medidas de seguridad, pero la propia caravana es la que estropea las carreteras y no se dan cuenta de que luego venimos nosotros", criticaba.