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Los familiares de los cubanos muertos en el secuestro de una lancha creen que fueron ejecutados

Los familiares de los tres disidentes muertos que intentaron secuestrar una embarcación en los astilleros del puerto cubano de La Coloma, dudan de la versión ofrecida por las autoridades de La Habana. Oficialmente, los agresores se suicidaron después de herir a un niño de diez años al verse rodeados por agentes de seguridad.

LD (Agencias) Según la información oficial, la mañana del lunes Francisco Lamas, Luis Alberto Suárez Acosta y Yosvani Martínez Acosta, de edades comprendidas entre los 22 y los 29 años y con antecedentes penales, fallecieron el lunes de sendos disparos en la cabeza. Horas antes y armados con una pistola y un cuchillo, intentaron robar una embarcación atracada en el muelle de los Astilleros de La Coloma. Hirieron a un vigilante, le arrebataron su arma, trataron de secuestrar a un patrón de barco y, tras verse acorralados, dispararon contra los niños, hiriendo gravemente al pequeño en la cabeza, y luego se suicidaron uno tras otro.

En esa dramática aventura los disidentes estuvieron acompañados por Raisa Contreras, cuñada de Luis Alberto, y sus dos hijos, Marquier, de 17 años, y Gerardo Montano, de 10 años. Marquier Montano corroboró el miércoles los hechos durante un breve encuentro con prensa extranjera en el hospital pediátrico de Pinar del Río, adonde acudió para ver a su hermano, que evoluciona favorablemente, según el parte médico, aunque aún conserva la bala en la cabeza y sufre parálisis facial.

El joven declaró que, por causas que desconoce, los secuestradores golpearon a su madre y después dispararon a Gerardo y también a él, aunque tuvo suerte y la pistola se encasquilló. Explicó que los secuestradores se suicidaron uno tras otro mientras él recogía a su hermano y corría con su madre fuera de la embarcación. La tragedia ha sacudido La Coloma, donde los tres secuestradores eran bien conocidos por el vecindario. El origen de este drama no es otro que la desesperación, según María Acosta, la madre de Luis Alberto, que tenía pendiente una condena de ocho años de prisión por robo de ganado. "Mi hijo estaba desesperado, no quería ir a la cárcel y la presión de la policía le llevó a hacer esto", dijo María.

La gran incógnita, tanto para María como para Marisol Martínez, la compañera de Luis, es quién y por qué disparó contra los niños. "Luis adoraba al niño, nunca hubiera disparado contra él", asegura Marisol, que conoce bien a Raisa porque esta mujer tuvo una relación con uno de los hermanos de Luis de la que nació Gerardo. Rafaela, hermana de Francisco Lamas, no tiene tan claro que su hermano se quitara la vida. "Mi hermano no tenía valor para suicidarse y no creo que prefiriera la muerte antes que ir a la cárcel", explicó Rafaela. Según ella, su hermano trabajaba en los servicios comunales como barrendero y tenía una causa pendiente con la justicia, aunque no afrontaba una condena que justificase su acción. "Quizá se volvió loco, quizá se haya desesperado y anduviera sin cabeza" se lamentaba. Para Pedro Acosta, abuelo de Yosvani, la de estos tres jóvenes fue una tragedia anunciada, porque llevaban meses huyendo de la Policía y estaban desesperados. "No hay que echarle la culpa a nadie, ellos mismos se mataron, el problema han sido ellos", asegura.

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